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Slash y Axl Rose entierran el hacha de guerra

COLPISA

CULTURA

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Ninguno de los dos desmiente una posible vuelta de los Guns'N Roses de los 80

26 ago 2015 . Actualizado a las 20:56 h.

El exguitarrista de Guns N' Roses, Slash, ha confirmado recientemente en una entrevista para la televisión sueca Aftonbladet TV que Axl Rose, líder de la banda, y él han retomado la relación después de llevar cerca de dos décadas sin dirigirse la palabra. 

Los rumores de un reencuantro de la mítica banda de los 80 llevan circulando ya unos meses -desde que Slash comenzó la gira con su último álbum en solitario World On Fire (Dik Hayd International, 2014)- pero los fans han tenido que esperar hasta esta semana para escuchar, de la boca de Slash la deseada noticia de la reconciliación.

El exguitarrista de Guns N' Roses, de icónico sombrero de copa y aro en la nariz, ha explicado que ambos han estado hablando: «Era una historia ya muy superada. Pero ahora las cosas están bien; hemos dejado atrás parte de esa negatividad que estaba ahí desde hace tanto tiempo». El paso es importante porque no han aparecido juntos en público desde que en 1994 Slash y otros dos miembros del grupo dieran pasaporte a la banda que los había puesto en el mapa. Atrás quedaban clásicos del rock como Appetite for Destruction (Geffen Records, 1987) y las dos entregas de Use Your Illusion (Geffen Records, 1991), entre otros. Axl se quedaba solo, al frente de un nombre que, además de haber vendido más de cien millones de álbumes en todo el planeta, le ha seguido reportando grandes beneficios, merced sus conciertos, junto a distintos mercenarios del instrumento.

Por el camino, el lenguaraz pelirrojo ha ido calentando el ambiente. Tuvo su gracia el hecho de que los nuevos miembros de la banda rehicieran algunas de las guitarras y las voces de Live Era: 87-93 (Geffen Records, 1999), un doble CD con grabaciones en vivo a lo largo de los seis años que se indican en el título del disco. Menos cómico fue, sobre todo para la casa discográfica, que Axl Rose tardara la friolera de catorce años en grabar y pulir Chinese Democracy (Geffen Records, 2008), la última referencia de la banda. Con un coste de 13 millones de dólares, casi 11,5 millones de euros, es considerado el disco más caro de la historia y fue un auténtico desastre en ventas. Para quitarse la espina, Axl ofrecía una entrevista en la que abría las puertas a una reunión con los miembros originales pero no con Slash, que «era un cáncer» que había que «extirpar». Incluso en 2012, cuando la formación entró en el Salón de la Fama, los únicos que no acudieron al homenaje fueron Izzy Stradlin, que ha seguido colaborando con el cantante, y Axl Rose, que escribió una carta en la que rechazaba el evento y aseguraba que las cosas con los antiguos miembros de Guns N' Roses no habían cambiado.

Ahora huele a futura reunión, y más teniendo cuenta que DJ Ashba y Bumblefoot, dos de los guitarristas con los que Axl Rose giraba desde hace años, acaban de abandonar la formación para dedicarse a sus proyectos personales. Pero Slash se cierra en banda cuando le preguntan al respecto «no puedo hablar del tema» le contestó al entrevistador de Aftonbladet TV, y Axl aún no ha dicho ni pío.

Curiosamente, en otra entrevista ofrecida hace dos meses a CBS News, el guitarrista era mucho más claro: «Tengo que ser muy cauto con lo que digo, o sea, si todo el mundo quiere hacerlo y lo hacemos por las razones correctas, a los fans les va a encantar. Creo que intentarlo puede ser muy divertido. Nunca digas nunca». Pues eso.