
Spielberg busca un nuevo socio para su compañía entre Universal y la Fox
07 sep 2015 . Actualizado a las 04:00 h.La compañía Disney distribuye las películas de la productora de Steven Spielberg, DreamWorks, desde el 2009, pero parece que lo seguirá haciendo por muy poco tiempo más. El director de cine, al que se conoce como el rey Midas de Hollywood, está negociando con otras compañías para cambiar de distribuidora y al parecer podría ser Universal la que se lleve el gato al agua.
Steven Spielberg creó DreamWorks en 1994 junto con dos amigos: Jeffrey Katzenberg y David Geffen. Hasta el año 2005 el acuerdo de distribución de sus películas era precisamente con Universal, pero a partir de entonces la productora de Spielberg dio algunos bandazos desafortunados hasta que firmó lo que parecía el contrato perfecto con Disney. El acuerdo base entre las dos compañías era que la segunda distribuiría las películas producidas por la primera, pero la idea de ambas era que la colaboración llegara mucho más allá.
Empiezan los problemas
Las negociaciones habían sido dirigidas por Dick Cook, entonces presidente de Disney, que propuso que su empresa pudiera participar en algunas de las producciones de DreamsWorks y que, a su vez, Disney podría invitar a la compañía de Spielberg a colaborar en algunas de las suyas. Todo parecía ideal. El problema es que, muy poco después de firmar el acuerdo, Cook fue sustituido como máximo responsable de Disney por Bob Iger, que llegó con unas ideas muy diferentes a las de su predecesor. Y los problemas entre las dos empresas comenzaron a aparecer desde el principio de la colaboración. El acuerdo firmado en el 2009 establecía como fecha límite agosto del 2016. Y, a tenor de las informaciones aparecidas, Steven Spielberg no tiene ninguna intención de renovarlo. Tampoco ha ayudado que una de las divisiones de DreamWorks que ahora es una compañía diferente, DreamWorks Animations, sea una de las competidoras directas de Disney.
La razón por la que Steven Spielberg ha elegido precisamente este momento para buscar un nuevo socio para su compañía es evidente. En la actualidad, la posición de DreamWorks es mucho más sólida tras la producción de la última cinta de la saga de los dinosaurios de Parque Jurásico, que ha tenido un enorme éxito en Estados Unidos y está rompiendo récords de taquilla.
Todo indica que el pacto más probable para el futuro es con Universal, pero este estudio ha hecho público un comunicado en el que explica que, aunque les encantaría contar con DreamWorks entre sus filas, no hay ningún acuerdo cerrado. Y es que Spielberg no está negociando con ellos en exclusiva. Otra opción, más lejana pero no imposible, sería un acuerdo con la Fox. Allí, desde el año pasado trabaja como principal ejecutiva en la división de cine Stacey Snider, que había sido la mano derecha de Spielberg en DreamWorks. Y a pesar de la marcha de Snider, la relación entre los dos sigue siendo muy buena.
Pero sea quien sea el elegido, sobre lo que no hay duda es que la película The BFG, basada en un libro de Roald Dahl y que se estrenará el 1 de julio de 2016, será la última que DreamWorks y Disney hagan en colaboración. En octubre del año 2008 la compañía de Spielberg y sus amigos había acordado el fin de su vinculación con Paramount, justo antes de iniciar una nueva aventura junto a Disney.
Tres amigos con dos objetivos: libertad creativa y estar en casa antes de la cena
Oficialmente DreamWorks nació en octubre de 1994. En aquella fecha, uno de los tres fundadores de la productora, Jeffrey Katzenberg, acaba de conseguir los 33 millones de dólares (29 millones de euros) que acordaron poner cada uno para crear su propia compañía. Katzenberg había obtenido ese dinero después de demandar a Disney, la empresa en la que había trabajado los últimos años, tras abandonarla cuando se sintió injustamente tratado. Los tribunales le dieron la razón y Disney tuvo que indemnizarle con 250 millones de dólares (221 millones de euros).
Parte de esa indemnización sirvió para crear la productora junto a sus amigos Steven Spielberg y David Geffen. Lo que pretendían los tres cuando fundaron DreamWorks era obtener libertad creativa. Si producían sus propias películas nadie podría decirles qué podían y qué no podían hacer, se dijeron. Además de los 33 millones de dólares que pusieron cada uno de los tres, Paul Allen el cofundador de Microsoft, aportó, como socio inversor, 500 millones de dólares (443 millones de euros) más.
El acuerdo entre Spielberg, Katzenberg y Geffen era que harían menos de nueve películas cada año, que cualquiera de ellos podría trabajar para otros estudios siempre que así lo desearan y que estarían en sus casa a la hora de la cena, es decir que las horas de oficina no se alargarían interminablemente. La idea era mantener el control comercial y creativo frente a los grandes conglomerados, pero después de una década Spielberg se rindió y se unió a Paramount.