El museo MAXXI de Roma dedica una retrospectiva al gran ingeniero italiano que supo conciliar ingeniería y arquitectura
09 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El ingeniero italiano Pier Luigi Nervi (1891-1979) se movió sin aspavientos entre la ingeniería y la arquitectura. Con su proverbial discreción, concilió ambos universos y enseguida supo que la ingeniería podía aportar mucho a la arquitectura sin necesidad de ocultar su presencia; al contrario, cobrando protagonismo. Y convirtió el campo de las instalaciones deportivas en su gran laboratorio de formas, que integraba armónicamente creación y proyecto. Fue así el autor de algunos de los edificios de uso deportivo más innovadores del siglo XX, y es esta faceta el gran motor de la retrospectiva que inaugura el museo romano MAXXI, en la que tienen un peso decisivo el Palacio de los Deportes de Roma, el estadio de Vía Flaminia y el viaducto de Corso Francia, que, cerca de la Villa Olímpica de Roma, dispone sus 110 pilares para el sostén de una infraestructura de un kilómetro. La muestra desnuda la técnica ideada por Nervi para dotar a Roma de un equipamiento deportivo elogiado en todo el mundo y que dejó «una impronta indeleble en la arquitectura italiana», según explicó a Efe Margherita Guccione, directora del MAXXI. Sus cubiertas no solo resolvían un problema sino que marcaron una nueva época, y surgían de su gran capacidad intuitiva, lo que él llamaba «sensibilidad estática», es decir, dejando expresarse a la propia estructura y a las fuerzas del espacio. El ingeniero convertía así lo funcional en estético.
Nervi. Architetture per lo Sport exhibe una colección de láminas, fotos, documentos, maquetas y bocetos de proyectos deportivos. Organizado cronológicamente, el recorrido articula las obras en tres secciones y desvela la evolución de su revolucionario método de construcción, desde sus comienzos hasta los colosales edificios para las Olimpiadas de Roma de 1960, y durante cuatro décadas, desde poco antes del fascismo hasta el bum económico. La primera sección, Experimentación e innovación, relata el proceso que llevó a Nervi al perfeccionamiento de su innovadora ejecución y que culminó en el estadio de fútbol de Florencia (el Giovanni Berta). La segunda, Campeón del cemento, discurre por los años que dotaron a Nervi de prestigio internacional. En este período construyó el complejo balneario Kursaal, símbolo del auge económico italiano tras la Segunda Guerra Mundial. La última, De Italia al mundo, comprende proyectos realizados en Europa, EE.UU., Sudáfrica, América del Sur, India y Oriente Medio. Entre ellos, destaca el Good Hope Center, en Cape Town (Sudáfrica), que alberga la cúpula de cemento más grande del mundo; y es además el primer espacio deportivo multirracial del apartheid.
Una pantalla redonda, que preside el MAXXI, proyecta imágenes y vídeos de las cúpulas diseñadas por Nervi y que han constituido en su carrera su «firma arquitectónica», reseña Guccione. Organizada por Micaela Antonucci, Annalisa Trentin y Tomaso Trombetti, profesores de la Universidad de Bolonia, la exposición comprende más de 22 proyectos con más de 100 fotos.
En Italia, el artista obtuvo éxito con el trampolín del balneario Kursaal, y sobre todo con los espacios deportivos diseñados para las Olimpiadas de 1960. «Uno de los factores clave del talento de Nervi fue su capacidad para inventar nuevas formas y modos de construcción que permitieron levantar milagros de la arquitectura a bajo coste», recordó Guccione. «Era un ingeniero que quería mostrar aquello que normalmente se esconde, que es la estructura de un edificio», insistió.