Joan Company: «Es un reto ser un coro 'amateur' junto a una orquesta profesional»

CULTURA
Para cantar el «Réquiem» de Verdi, la formación ha necesitado el refuerzo de 41 voces extras
13 may 2016 . Actualizado a las 10:53 h.Para acompañar a la Sinfónica de Galicia en el Réquiem de Verdi (Palacio de la Ópera de A Coruña; hoy, 20.30 horas; mañana, 20.00) el Coro de la OSG ha buscado el refuerzo de 21 excomponentes, diez miembros del Coro Joven y otros diez seleccionados en audiciones. Serán en total 115 personas, un hito en los 18 años de historia de estos coros, cuyo director artístico es Joan Company (Sant Joan, Mallorca, 1954).
-¿Qué define este «Réquiem»?
-El Coro ya ha hecho otros, como los de Fauré, Mozart y el Réquiem de Guerra de Britten. Son muy diferentes, pero todos enriquecen. Todo obedece a su época. Verdi tenía que hacer un réquiem en su estilo, en su ambiente, y lo que le caracteriza es su dedicación al género operístico.
-Es una obra fúnebre que, aunque se interprete en una sala, mantiene su capacidad para conmover.
-Para mí, radica en dos aspectos: la calidad de la música, y Verdi la tiene, y la interpretación del director. Son los dos condicionantes que hacen que te llegue al corazón, que te hace disfrutar, pensar. El inicio mismo del Réquiem empieza con los violonchelos en pianísimo, que es como decir «señores, presten atención: Requiem aeternam». Y la conclusión también es pianísimo, espiritual, reflexivo, que te deja esa sensación de espíritu.
-Y apela a todas las creencias.
-Suelo distinguir la vivencia, la experiencia espiritual, de la experiencia religiosa. En este caso la meditación recaería sobre la muerte, pero desde una perspectiva de contemplación, no de proclamación de fe. La muerte, vista desde una perspectiva humana, espiritual, y que cada uno según sus creencias lo trascienda a lo que le importa.
-¿Cómo lo vive un cantor?
-La experiencia de cantar en un coro es de las mejores para tener contacto con un arte, en este caso musical. Es la posibilidad de sentirse parte de un conjunto, una voz que suma pero es anónima, de conocer este repertorio y estar al lado de una de las mejores orquestas. La disciplina, el sacrificio de venir esta semana todos los días desde Ourense, desde Vigo, compensa por esa contribución anónima a un colectivo.
-¿Hay voces que hayan empezado en el de Niños, pasado al Joven y ahora están en el Coro?
-Sí, sí, hay unas cuantas. Es una gran satisfacción. Desde mis inicios uno de mis objetivos era la cantera, hacer escuela coral.
-¿Ayudó la gran tradición de corales que hay en Galicia?
-Galicia tiene su tradición coral y eso tiene que notarse. Es importante. Lo que pasa en nuestro caso es que tenemos el reto de ser un coro amateur al lado de una orquesta profesional. Y esto conlleva rigor, disciplina, que tal vez en otro tipo de coros los objetivos o encargos no son tan exigentes. Ha sido el reto de todos estos años, que el Coro pueda estar a la altura y que las grandes batutas quieran repetir. Un coro es una escuela de formación y algunos grandes directores, como López Cobos, Josep Pons o Víctor Pablo Pérez han pasado por ellos.
-Los cantantes gallegos reivindicaron la Temporada Lírica como el lugar idóneo para su arte.
-Cuando hay crisis todo se resiente, en todos los ámbitos. Para mí, lo importante, y más en nuestro caso, es el proyecto de la OSG en cuanto da oportunidad a todo esto. No solo tiene la orquesta, sino una de niños, una joven, los coros... Tiene una proyección musical pero también social. Hay que priorizar en cuanto a proyectos que sean realmente de construir un país musical, sólidos, y que no dependan de movimientos políticos o una crisis económica.
joan company director artístico de los coros de la sinfónica