Un tarado sanguinario y dos policías intentando trincarle. Eso, resumido, ya estaba en Seven (Fincher, 1995) y en no pocos imitadores posteriores
09 nov 2016 . Actualizado a las 08:06 h.Un tarado sanguinario y dos policías intentando trincarle. Eso, resumido, ya estaba en Seven (Fincher, 1995) y en no pocos imitadores posteriores, como ya antes la modalidad buddy movie nos mostraba ante un caso a una pareja de sabuesos casi siempre antagónicos. Si valorar un thriller, se limita a simplificarlo a tales extremos, ya podemos echar el cierre. Que Dios nos perdone puede que pase por esas coordenadas, pero enseguida las deja atrás para transitar caminos singulares que lo colocan en la línea de renovación del género iniciada hace años en el cine español, con su máximo exponente hasta el momento en La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), que, lecturas más superficiales que rigurosas, se apresuraron a resituar en la estela de la primera entrega de la serie True Detective (2014).
Ópera prima de Rodrigo Sorogoyen (coautor junto a Isabel Peña del guion premiado en San Sebastián), no decepcionará a los fieles al género como tampoco al espectador que espere un producto acabado y tensionado, aderezado con notas autóctonas y personajes de dibujo bien trazado. Y que incluso sabe renunciar a los tópicos que Hollywood considera inherentes al espectáculo, como pueden ser tiroteos a mansalva y ruidosas persecuciones automovilísticas. Pero es que además cuestan una pasta y casi siempre son coartada para disimular otras carencias. Madrid, 2011, año complicado, agosto caluroso y el papa que visitará la ciudad congregando a miles de personas.
Que un psicópata se dedique a matar ancianas forma parte del lado oscuro de la condición humana, pero en ese contexto sociopolítico no conviene que trascienda a la opinión pública ni que evidencie la debilidad de las instituciones. Les toca a dos policías. Uno buen profesional, tartamudo, solitario y con carencias afectivas; otro, también eficiente pero con serios problemas de estrés en un contexto familiar complicado. En su periferia, colegas igualmente complejos -como el del actor gallego Luis Zahera, en uno de sus mejores tipos-. Con todo eso, usando una cámara elegante y una atmósfera envolvente, el plato está servido. Vale la pena (y mucho).
«Que Dios nos perdone»
España, 2016.
Director: Rodrigo Sorogoyen.
Intérpretes: Antonio de la Torre, Roberto Álamo, Javier Pereira, Luis Zahera, José Luis García Pérez, Mónica López, María Ballesteros.
Thriller. 125 minutos.