El premio Gregorio Baudot, que reconoce al mejor intérprete gallego, quedó desierto en esta 30.ª edición del certamen internacional
26 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El australiano Herman Harrison se adjudicó anoche, en el Auditorio de Caranza, el Premio Internacional de Piano Cidade de Ferrol, que reunió a jóvenes intérpretes de 18 países distintos. El segundo lugar fue para la intérprete de Kazajistán Zhibek Kozhakhmetova y el tercero, para el ruso Oleg Khudyakov. El ganador recibió 12.000 euros, por 6.500 la segunda clasificada y 4.000 el tercero. Los tres finalistas actuaron acompañados por la Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por Enrique García Asensio. En su actuación en la final, el vencedor interpretó a Liszt, mientras que la segunda clasificada elegía tocar a Prokófiev y el tercer galardonado a Chaikovski.
El jurado -presidido por Natalia Lamas e integrado por el alemán Andreas Frolich, por el ruso Arkadi Zenziper, por el cubano Leonel Morales y por el zaragozano Miguel Ángel Tapia- subrayó, tras una larga deliberación, la gran calidad de los tres finalistas de esta edición, apuntando, además, que esta circunstancia se había venido dando ya en las últimas entregas anteriores. Algo, recalcaron, que nunca hace que resulte sencillo tomar una decisión a la hora de elegir el ganador.
El galardón para la mejor interpretación de música española, dotado con 2.000 euros, se le concedió a Zhibek Kozhakhmetova, a la segunda clasificada en la final. El premio Gregorio Baudot, reservado al mejor intérprete gallego, quedó este año, sin embargo, desierto. El coordinador del certamen, el maestro Narciso Pillo, apuntaba anoche que el hecho de que «este premio atesore ya treinta ediciones, es algo muy digno de tener en cuenta». «Creo -apuntaba Pillo, también- que esto dice mucho a favor de las distintas corporaciones municipales que han ido pasando por el Ayuntamiento de Ferrol durante todo este tiempo, porque todas, sin excepción, apoyaron este certamen, que ha abierto la cultura de Ferrol al mundo». «Mucha gente no imagina -decía Pillo- con qué atención se sigue el premio desde países como Rusia».