Judi Dench lo es todo en esta pellícula desde que se abre la narración con su cuerpo flotando en la inmensidad de su cama
01 oct 2017 . Actualizado a las 08:59 h.«¡Protégeme!», le pide la viejecita octogenaria británica al joven hindú musulmán. Y el alfabeto de las arrugas de Judi Dench nos desarma de cualquier prevención. Hay que ser una inmensa actriz para humanizar de tal manera a la odiada reina del Imperio. Dench lo es todo en esta película, desde que se abre la narración mostrándonos el abotargado y minúsculo cuerpo flotando en la inmensidad de su cama, roncando como en una queja ahogada. La cena de gala en la que la pequeña pasa enlutada engulle, ansiosa, la sopa y los profiteroles, manchándose como un angustiado Carpanta, es un prodigio de planificación y observación de movimientos que definen la condición humana, frágil, triunfantemente miserable. La vieja dama indigna casi brechtiana despierta a la vida al cruzar la mirada con la del «exótico» Abdul, que ha viajado 8.000 kilómetros para entregarle la rupia dorada en la que refulge la efigie real. Los ojillos, apagados entre los pliegues de los párpados, brillan de pronto eléctricos, claros como una mañana de tormenta. Últimamente vemos muchos filmes de ancianos de cuerpo depauperado y alma revivida, que se relamen golosos, como gatos callejeros frente al escaparate de una pastelería, ante la vida que ya está al otro lado del cristal.
En cuanto a la película en sí, es verdad que resulta muy evidente en el innoble juego por lavarle la cara al colonialismo y en su voluntarioso pero torpe mensaje de concordia de culturas: ¡esa mujer del protagonista, con su burka, respetada por la Reina! Pero Stephen Frears es un buen narrador, especializado en personajes a la búsqueda de una identidad, por eso La reina Victoria y Abdul funciona bien mientras sigue sin complejos los parámetros de la farsa. Cuando cambia a melodrama, languidece estrepitosamente. Aunque para entonces ya solo tenemos ojos para la maravillosa Dench -la actriz ya fue Victoria en Su majestad Mrs. Brown-, que reedita aquella composición de amor amargo de Diario de un escándalo en la que Cate Blanchett era objeto de su aturdido, desbordado e imposible deseo. ¡Todos los Óscar del mundo para esta vieja dama indigna!
«Victoria and Abdoul»
R.U.-EE.UU., 2017.
Director: Stephen Frears.
Intérpretes: Judi Dench, Ali Fazal, Eddie Izzard, Tim Piggott-Smith, Paul Higgins, Olivia Williams, Adeel Akhtar, Michel Gambon.
Drama.
112 minutos.