La intérprete publicó el disco en 1995 e introdujo varias canciones clásicas de su repertorio
25 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En 1995 pocos discos causaron tanta expectación. Luz Casal llevaba cuatro años sin entregar un trabajo nuevo tras el triunfo que había supuesto A contraluz, su álbum más vendido y que incluía temas tan celebrados como Piensa en mí. Una espera tan larga solo podía cerrarse con otro éxito y ese fue el caso de Como la flor prometida. De nuevo, tanto en lo comercial, superando su trabajo anterior en ventas, como en lo creativo. «El éxito de un álbum es en muchos casos una suma de cosas, muchas de ellas imprevisibles. Claro que por encima de todo está la buena canción, esa que gusta sin más, que emociona a todo tipo de gente», recordó Luz esta semana a propósito de esta nueva edición. La expectación contribuyó a la aceptación, pero fueron las canciones, como siempre, las que conquistaron al público. Había curiosidad por saber si la cantante, nacida en Boimorto en 1958, volvería a la versión roquera que había contribuido a la banda sonora de esa década prodigiosa que fueron los ochenta, o si, por el contrario, afianzaría su relación con el bolero, descubierta al cantar Piensa en mí para la película de Pedro Almodóvar Tacones lejanos. «Fue una ventana abierta», lo describiría la artista. «Vi que había algo que me salía de manera natural. Hasta ese momento ni se me había ocurrido hacer una canción de un estilo tan definido».
Tiempo de reflexión
«A contraluz fue un álbum de enorme éxito y con mucho recorrido; eso se tradujo en muchos viajes y muchos conciertos. Me gusta tomarme tiempo para reflexionar sobre lo acertado o no de una letra, de una melodía. De los catorce discos que he grabado hasta hoy, me han llevado como mínimo dos años largos, excepto el segundo», explica la cantante.
Como la flor prometida confirmó que Luz mantenía su idilio con las músicas más intimistas, pero tampoco se había olvidado de su vena roquera. Por si quedaban dudas, Plantado en mi cabeza es un tema bailable con uno de esos estribillos melódicos que uno no puede dejar de cantar. Un ejemplo de la actitud y energía con que la cantante describía el álbum: «Es un disco en el que hay mucha actitud y que se puede decir que es muy enérgico. Hay canciones muy acertadas en este trabajo en cuando al resultado final».
También Vengo del norte participa de esos sonidos clásicos del rock para arropar una letra en la que Luz no tiene reparos en dejar claro su origen: «Soy como el norte y su geografía, raíz profunda y claro rumor, pasión tan honda que todavía guarda la esencia de su valor. Hacia el norte me iré cuando sienta que ya ha llegado la hora, de vuelta al mismo mar».
Precisamente Vengo del norte sigue siendo una de las canciones favoritas de Luz, junto a Entre mis recuerdos, Lo eres todo, Besaré el suelo y Plantado en mi cabeza. «Las mismas que el público ha destacado desde el principio y las que han aguantado el paso del tiempo hasta convertirse en clásicos de mi repertorio», detalla la cantante.
Pero este álbum no solo ha sido un éxito de ventas y ha aportado varios clásicos al abundante cancionero de la artista. También fue un disco clave en su evolución como intérprete y, además, dejó una huella personal: «Cuando acabé Como la flor prometida me sentí una mujer más fuerte, con más responsabilidades y con mayores vínculos emocionales».