La cinta de James Franco es una bonita historia sobre la amistad incondicional entre dos ingenuos, infantiles y entusiastas soñadores, compartiendo una ilusión
02 ene 2018 . Actualizado a las 00:07 h.Cuando una película es tan desastrosa que excede cualquier calificación, entonces se convierte en «una obra maestra de la maldad», como le gustaba llamarlas a la ácida y sin par crítica Pamela Kellino. Algo así sucedió en los años cincuenta con Glenn or Glenda o con Plan 9 del espacio exterior, las célebres cintas dirigidas por Eward D. Wood Jr., cineasta de talento disléxico al que hace veinte años hizo justicia Tim Burton con el poema cinematográfico Ed Wood. Ahora toca reivindicar a Tommy Wiseau, un tipo delirante que, inasequible al desaliento, produjo en 2002 -no se sabe de dónde sacó los seis millones de dólares que despilfarró en su delirio filmado- una ida de olla antológica titulada The Room. El libro escrito por su fiel colega, el actor Greg Sestero, contando la odisea del rodaje de aquel gran despropósito, alertó a James Franco sobre un filme y un director que ya eran pieza de culto entre los amantes del mundo freak.
La historia arranca en San Francisco, en 1998, cuando una profesora de arte dramático (Melanie Griffith), en uno de los muchos cameos del filme, humilla al desastroso y joven actor Sestero, que es rescatado del castigo por una especie de príncipe melenudo, paranoico, iracundo, gótico y bizarro -«yo soy el héroe y vosotros los villanos»-, que empieza a gruñir, a revolcarse por el suelo y a trepar las paredes del escenario. La química entre James y Dave Franco, que va más allá de la relación filial, convierte en una gozada cada una de las secuencias de diálogos locos entre estos dos amigos. La peregrinación de la pareja por la Babilonia de Hollywood, cruzando agencias -Sharon Stone de vampira cazatalentos-, audiciones y platós, conmoverá al corazón más duro. Porque, por encima de la crónica del desvarío que es todo rodaje -un montón de adultos haciendo «cosas raras», como decía Groucho Marx-, The Disaster Artist es una bonita historia sobre la amistad incondicional entre dos ingenuos, infantiles y entusiastas soñadores, compartiendo una ilusión. Sí, está claro, James Franco no es Tim Burton y The Disaster Artist carece de la poesía naíf y de la belleza de Ed Wood, pero, aun así, se trata de un filme muy divertido y entrañable.
Ficha técnica
«THE DISASTER ARTIST». Estados Unidos, 2017. Director: James Franco. Intérpretes: James Franco, Dave Franco, Seth Rogen, Alison Brie, Josh Hutcherson, Bryan Cranston, Zac Efron. Comedia. 105 minutos.