Vuelve a los cines la versión animada de «El Señor de los Anillos» de Bakshi

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La primera película basada en la obra de Tolkien se reestrena el próximo 26 de enero

24 ene 2018 . Actualizado a las 14:11 h.

En 1978, mucho antes de que Peter Jackson convirtiera El Señor de los Anillos en un blockbuster de efectos especiales e imágenes generadas por ordenador, Ralph Bakshi dirigió la primera película basada en la novela de J.R.R. Tolkien. Fue un filme de animación que se hizo utilizando la técnica del rotoscopio -las escenas son filmadas con personas reales sobre fondo neutro para luego convertirlas en dibujos- y obtuvo críticas dispares. Ahora, cuarenta años después de su estreno, la obra regresa a la gran pantalla gracias a Seven Films, en colaboración con RosssCammm Films Distribution Consultancy.

La película volverá a los cines españoles el próximo 26 de enero y Galicia estará incluida en los nuevos pases comerciales (se emitirá en Yelmo Cines Los Rosales, en A Coruña, el sábado 27 a las 20 horas). La versión de El Señor de los Anillos de Bakshi (nacido en Haifa, Israel, en 1938, pero de nacionalidad estadounidense) está considerada una pieza de culto, tanto por la avanzada tecnología usada para su tiempo como por la forma de adaptar la historia de Tolkien. El propio Peter Jackson se inspiró claramente en ella a la hora de rodar su trilogía y de hecho hay escenas, como la introducción inicial, la huida de los hobbits o la muerte de Boromir, que prácticamente fueron calcadas por el director neozelandés.

El guion abarca La Comunidad del Anillo y parte de Las Dos Torres, los dos primeros libros de la saga, culminando en la batalla del Abismo de Helm. Estaba pensado hacer una segunda parte, pero finalmente no encontró financiación a pesar de que la primera había sido un éxito de taquilla (costó cuatro millones de dólares y recaudó más de treinta).

El proyecto de este largometraje surgió en 1957, cuando Bakshi trabajaba como animador para Terrytoons -el estudio conocido por personajes como Super Ratón, el ganso Gandy, el pato Dinky o las Urracas Parlanchinas-. Sus contactos no fructificaron y a finales de los años 60 los derechos de la novela fueron adquiridos por United Artists, que encargó un guion al británico John Boorman, pero finalmente quedó en un cajón.

Boorman pretendía concentrar los tres libros de Tolkien en una sola película, lo cual Bakshi calificó literalmente de «locura», teniendo en cuenta las numerosas tramas y personajes que discurren a lo largo de sus páginas. Por este motivo se dirigió a los responsables de United Artists (UA) y también a Dan Melnik, presidente de la Metro-Goldwyn-Mayer (la oficina estaba en el mismo edificio), que se comprometió a comprar el guion por tres millones de dólares. Pero Melnik fue despedido y Bakshi tuvo que buscar otro productor y volver a negociar con UA; rebajó sus pretensiones iniciales de rodar tres filmes y aceptó hacer solamente dos partes.

Bakshi procuró ser lo más fiel posible al espíritu tolkeniano y se reunió incluso con la hija del escritor británico, Priscilla, a la que prometió que no haría cambios en el argumento ni eliminaría personajes. El guion fue reescrito por Peter S. Beagle y algunas de las escenas se rodaron en España, concretamente en Cuenca y Segovia, aunque luego fueron pasadas por la trama de animación. Con un metraje total de 132 minutos -fueron acortadas algunas secuencias clave como la lucha de Gandalf con el Balrog-, es una producción oscura y con mucho peso artístico. El actor John Hurt puso la voz original a Aragorn y la música fue compuesta por Leonard Rosenman (Óscar de Hollywood por Barry Lyndon), aunque Bakshi había propuesto que la hiciera el grupo de rock Led Zeppelin.

El no tener continuación y el desconocimiento por el público en general de la gran novela de Tolkien hicieron que en su día la película no fuera bien entendida y valorada. Tuvo que pasar casi un cuarto de siglo para que la trilogía de Peter Jackson -mucho más comercial y adaptada a los gustos cinematográficos mainstream- convirtiera la destrucción del anillo único en una misión de éxito global.

Cuando Kubrick quiso que McCartney y Lennon fueran Frodo y Gollum

El episodio más surrealista antes de que Ralph Bakshi consiguiera hacer la primera película de «El Señor de los Anillos» fue la adaptación propuesta por Stanley Kubrick en 1967. El legendario director inglés quería que los Beatles protagonizasen el filme e incluso tenía pensado el reparto de personajes: Paul McCartney hubiera dado vida a Frodo, Ringo Starr a Sam, George Harrison a Gandalf y John Lennon sería Gollum. Afortunadamente el proyecto no prosperó y Kubrick se centró en una nueva película, «2001: Odisea en el espacio». La frustrada versión de John Boorman tampoco habría gustado a Tolkien (falleció en 1973), ya que hacía cambios sustanciales: Aragorn mantenía relaciones sexuales con Eowyn y se casaba con ella, Galadriel seducía a Frodo en Lorien y Gandalf enterraba al enano Gimli para intentar abrir las puertas de Moria.