«En 1997, fui violada por Harvey Westein en este festival. Era su terreno de caza (...) Apuesto a que nunca volverá a ser bien recibido aquí»
20 may 2018 . Actualizado a las 21:29 h.La actriz y directora de cine italiana Asia Argento ha dejado este sábado muda a toda la platea del Festival de Cannes. Encargada de hacer entrega del premio a la mejor actriz, la cineasta ha querido enviar antes un firme mensaje a toda la industria cinematográfica: «En 1997, fui violada por Harvey Westein en Cannes. Este festival era su terreno de caza. Hoy se siguen sentando entre nosotros otros acosadores que todavía no han sido juzgado por sus actos. Sabéis quiénes sois. Y, sobre todo, sabemos quiénes sois». Valiente y demoledor, el breve discurso de la intérprete ha concluido con un mensaje para el mismísimo Westein: «Quiero prever algo, Harvey Weinstein nunca más será bienvenido en Cannes».
Asia Argento confesó el pasado octubre a The New Yorker haber sido víctima del acoso sexual del productor estadounidense. «Poca gente podía hablar, mucha menos permitir a un reportero usar sus nombres, y Weinstein y sus socios recurrían a acuerdos de confidencialidad, sobornos y amenazas legales para contener las amenazas -expone Ronan Farrow, el redactor que firma el reportaje-. Asia Argento me contó que no ha querido hablar hasta ahora, que Weinstein la forzó a tener sexo oral con ella, que ella temía que la "aplastara". "Sé que ha aplastado a mucha más gente antes", cuenta Argento, "y ese es el motivo por el que mi historia nunca ha salido a la luz"».
Sucedió cuando la intérprete tenía solo 21 años, durante una fiesta organizada por Miramax en el Hotel du Cap-Eden-Roc durante el certamen cinematográfico. Pero cuando Argento llegó al lugar, no había ninguna fiesta, solo estaba Werstein. «Entró en el baño y al salir solo llevaba una toalla y un bote de crema para el cuerpo. Me pidió que le hiciera un masaje», relató, detallando el patrón habitual del productor que luego confirmaron otros testimonios. Tras el masaje, Werstein la obligó a mantener sexo oral y la violó.
En lugar de recibir apoyo, la actriz se topó tras haber hecho público el episodio con recelos y objeciones. La solidaridad brilló por su ausencia en su país de origen, que prefirió cuestionar con dureza no solo el hecho de que Argento no hubiese dado antes el paso al frente, sino también el propio encuentro sexual. ¿Se trató de un intercambio sexual para obtener los favores del productor en su carrera?, se preguntó la opinión pública. La directora, cansada de tener que justificarse, abandonó Italia. «Volveré cuando las cosas mejoren para poder luchar en la batalla con las demás mujeres».