Ha despertado la indignación de algunos y la hilaridad de otros en las redes sociales. Ha sido realizado por una profesora de manualidades
25 jun 2018 . Actualizado a las 19:29 h.La restauración de una escultura de San Jorge del siglo XVI, que se encuentra en la iglesia de San Miguel de Estella, ha despertado la indignación de algunos y la hilaridad de otros en las redes sociales, donde ya se compara este trabajo con el 'Ecce Homo' de Borja por la escasa calidad del resultado.
La escultura muestra la típica imagen de San Jorge con armadura, montado a caballo y luchando contra un dragón, pero la forma en que se ha llevado a cabo la restauración, utilizando colores uniformes, sobre todo en el rostro, ha hecho que la talla sea hoy el motivo de conversación de los vecinos de esta localidad navarra.
El alcalde de Estella, Koldo Leoz, ha comentado a Efe que «sí que parece que la restauración deja bastante que desear, al tratarse de una obra del siglo XVI, una escultura policromada con la que hay que tener mucho cuidado con los materiales que se utilizan, porque puede perder toda la capa original».
El trabajo, ha señalado, lo ha realizado una profesora de manualidades de Estella, al parecer por encargo del párroco de la iglesia.
Según el alcalde, el trabajo se realizó «sin conocimiento del Ayuntamiento desde luego y supongo que sin conocimiento de los técnicos competentes en la materia del Gobierno de Navarra, porque imagino que habrían aconsejado otro tipo de restauración».
«Si nos lo hubieran comentado, en el Ayuntamiento hay personas muy concienciadas con el patrimonio de la ciudad y hubiéramos pedido un informe al Gobierno de Navarra para que aconsejaran» sobre la forma de hacer la restauración, ha apuntado Leoz, que ha asegurado que, «desde el punto de vista patrimonial, histórico y artístico es una lástima» lo ocurrido.
Leoz, de EH Bildu, ha declarado que este caso «es un ejemplo a mi entender de la falta de control que hay de todo el patrimonio que hay en iglesias, que debería estar en manos de la administración pública, porque la gran mayoría de templos y de obras han recibido siempre dinero de la ciudadanía y por lo menos deberíamos tener un control sobre las mismas para que no sucedan este tipo de cosas».