El inspector Kraken viaja al medievo

héctor j. porto VITORIA / ENVIADO ESPECIAL

CULTURA

La escritora Eva García Sáenz de Urturi presentó este martes su libro en Vitoria, donde se ha creado una ruta sobre su trilogía
La escritora Eva García Sáenz de Urturi presentó este martes su libro en Vitoria, donde se ha creado una ruta sobre su trilogía carlos ruiz b. k.

Eva García Sáenz de Urturi cierra su «Trilogía de la ciudad blanca» con «Los señores del tiempo», una novela que alterna el momento actual con el siglo XII

03 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Villa de Victoria, invierno de 1192. A aquellos oscuros años viaja la escritora vasca Eva García Sáenz de Urturi (1972) en su última novela, Los señores del tiempo (Planeta), para pergeñar el broche de oro a la Trilogía de la ciudad blanca, en un camino que se inició en el 2016 con El silencio de la ciudad blanca. Acababa de dejar atrás tres obras de temática histórica y entonces no sopesaba acometer un proyecto tan ambicioso, ni siquiera en darle una mínima continuidad a las pesquisas del policía Unai López de Ayala, pero el éxito del inspector Kraken, como le conocen sus amigos, la ha impulsado hasta aquí y quién sabe si la tetralogía será una tentación irresistible para la autora. De hecho, el director Daniel Calparsoro trabaja ya en la adaptación al cine del primer tomo con Belén Rueda (como Alba) y Javier Rey (Sito Miñanco, en Fariña, y aquí en el papel de Unai) como protagonistas. Sáenz de Urturi reconoce, eso sí, que fue una responsabilidad y un reto creativo afrontar el cierre de la saga porque cientos de miles de ojos -los de sus más de 700.000 lectores- están puestos sobre ella y su trabajo.  

Negro e histórico

Esta optometrista y profesora de universidad en excedencia llegó al thriller por la vía de la lectura de historias policíacas mientras descansaba de sus arduas labores de documentación para afrontar otra nueva novela histórica y desde entonces López de Ayala la ha mantenido en el género negro pero siempre sin olvidar un importante condimento histórico. En este colofón a la trilogía ha prescindido de la herramienta del flashback para pasar a barajar dos narraciones paralelas, que alternan el momento actual con el siglo XII. Por primera vez, el inspector, reputado experto en perfiles criminales, encontrará en el medievo su mejor aliado en sus andanzas, por lo que el relato de sus investigaciones de asesinato quedará barajado (por capítulos) con el de un best seller histórico, Los señores del tiempo, en un vaivén que se retroalimenta.

Sáenz de Urturi se confiesa feliz y satisfecha por el cierre que ha dado al protagonista, y los personajes que lo rodean (su mujer, su hija, el abuelo, su suegra, su compañera...) casi como en un gran clan, y cree que en el resultado final tiene especial importancia, no tanto las muertes, como las tramas sentimentales y familiares que dan consistencia y credibilidad al libro. Por no hablar de los personajes que ha recuperado de La saga de los longevos, su ópera prima, en una combinación, explica, que le ha dado muchas alegrías, al ver que funcionaba esa interactuación, que aquellos sus primogénitos seguían funcionando.  

Escasas fuentes

Sin embargo, según señala Eva García Sáenz de Urturi, es la tarea documental lo que ha revestido mayor complejidad, ya que aborda una época que se haya en penumbra, con escasas fuentes escritas originales conservadas, puntualmente en lo que se refiere al asedio a la villa de Victoria por las huestes castellanas, mientras la ciudadanía tras las murallas esperaba inútilmente la ayuda del rey de Navarra. «Solo se conserva un párrafo escrito sobre este episodio, y yo, partiendo de ahí, he escrito una novela entera», subraya la autora la dificultad de su empresa. Fueron, dice, año y pico de intensa inmersión en la documentación sobre el medievo del Reino de Navarra y de Castilla. «Ahora mismo tengo un jet lag de mil años», bromea la escritora.

«Lo más complejo ha sido maridar dos géneros»

Sáenz de Urturi es una autora metódica: ha publicado seis novelas en seis años. Y eso no es fruto de la casualidad. Se encierra en su despacho diariamente de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. «Sábados y domingos incluidos. Es un modelo estajanovista», bromea. «Siempre he sido muy profesional», incide. Escribir un thriller exige montar un artefacto, ir de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás constantemente, cosiendo cuidadosamente cada palmo, como decía Patricia Highsmith, recuerda la narradora alavesa. «Hay que tratar de que el lector no te pille antes de tiempo». Aunque lo más exigente, lo más complejo, uno de los desafíos mayores a los que se enfrentó, fue «maridar dos géneros tan distintos, introducir una historia medieval dentro de un thriller y que sonara todo natural».  

Una voz propia

Entre sus objetivos principales también estaba diferenciarse de otros autores de novela negra. Buscaba que los personajes tuvieran voz propia, una manera de hablar, de pensar, inconfundible. Ahí, en este logro, sitúa buena parte de la clave de su éxito. «He conseguido un inspector auténtico, un tío que se desnuda, que padece el síndrome del superviviente, con todas esas muertes de seres queridos a su alrededor, y su complejo de culpa. Eso ha identificado al lector con él. Es de este modo que han surgido los krakenianos, fans fieles de sus peripecias, muy activos no solo en las redes sociales». Ellos, prosigue, han hecho posible que esto sea un clamor, con sus recomendaciones, su boca a oreja. «Le han puesto mucha pasión, tanta que me escriben para criticar o elogiar la elección del actor que lo encarnará en el cine, Javier Rey. Cada lector visualiza su propio Unai y eso es maravilloso», ensalza.

Además del policía, el otro gran protagonismo de la trilogía es para la ciudad, Vitoria, para la que las novelas ha supuesto un antes y un después también en el turismo, asegura la escritora. La ruta literaria que se ha creado es la más demandada de la treintena que están vigentes en la capital alavesa. «Es, además, un turismo de calidad que ha cambiado la percepción de la ciudad como la hermana pequeña de las tres ciudades vascas. Ha generado una transformación cualitativa en la marca Vitoria», concluye orgullosa la escritora, que este martes presentó en la ciudad la obra, coincidiendo con el día en que llegaba a las librerías.