El MAC se adentra en el territorio común a diseño y arte contemporáneo

a. s. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Instalación de Liam Gillick, con una obra tipográfica de Lawrence Weiner y mobiliario del gallego Tomás Alonso
Instalación de Liam Gillick, con una obra tipográfica de Lawrence Weiner y mobiliario del gallego Tomás Alonso VÍTOR MEJUTO

«Drift» explora en un centenar de obras el diálogo entre ambas disciplinas

03 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Diseño y arte son disciplinas afines que se mueven en un territorio compartido, escenario de un diálogo entre ambas que muchas veces ha sido cómplice y fértil, pero otras también retador y provocador. La exploración de esa convivencia centra la exposición que presenta este jueves el Museo de Arte Contemporáneo de la Fundación Naturgy en A Coruña. Drift. Miradas cruzadas entre diseño y arte contemporáneo, comisariada por David Barro, reúne obras de un centenar de creadores en las que se refleja la permeabilidad de fronteras entre el trabajo de diseñadores y artistas.

La muestra trabaja desde una premisa, la de que el diseño ha conquistado el terreno del arte contemporáneo. Lo ha hecho de dos maneras contrapuestas: bien generando objetos de belleza, bien apostando por la antifuncionalidad, acercándose más a la idea del arte que a la del utilitarismo. La histórica relación entre ambas disciplinas es examinada no solo en la muestra, sino también en un ensayo de Barro como complemento de la actividad.  

De Sottsass a Starck

Drift se abre con una pieza de Haim Steinbach que se mueve entre los límites del arte, la arquitectura y el diseño. Precisamente la intervención de este último en la posmodernidad, con sus códigos ambiguos y ambivalentes, queda patente en las obras que prosiguen el recorrido, donde destacan nombres como los de Ettore Sottsass, George Nelson, Vivienne Westwood o Philippe Starck.

Otros puntos de encuentro entre diseño y arte de Drift tienen como protagonistas el lenguaje y el signo. Las posibilidades comunicativas -muchas veces desde un planteamiento que nace de un encargo comercial- de la palabra y otros códigos -color, forma- han dado lugar a trabajos de David Carson o Paula Scher. En este sentido, la muestra concede una atención especial a la tipografía, uno de los ámbitos más explotados por el diseño y que también ha acabado por influir a artistas.

Pieza sin título del 2008 de Tobias Rehberger, con carteles de Paula Scher
Pieza sin título del 2008 de Tobias Rehberger, con carteles de Paula Scher VÍTOR MEJUTO

Otros aspectos que aborda la exposición se vinculan al equilibrio entre naturaleza y organicismo con lo industrial, estrechando la brecha que separa lo artesano de la producción industrial. Queda patente la amplitud del foco del diseño, capaz de dirigirse a la exclusividad al alcance de solo unos pocos o, también, de facturar objetos de consumo masivo que facilitan la vida en todo tipo de clases. El diseño corporativo o la identidad visual de eventos efímeros pero de gran impacto mediático también tienen su lugar en la muestra. Por último, hay espacio también para el diseño que participa del lenguaje más abstracto del arte.

Drift presta una atención especial al trabajo de los creadores gallegos, representados aquí en una decena de obras firmadas por Tomás Alonso, Pepe Barro, Misha Bies Golas, Ventura Cores, Isaac Díaz Pardo, Maruja Mallo, Vítor Mejuto, Víctor Moscoso, María Ramos -junto al sudafricano Noel Pretorius-, Luís Seoane, Álvaro Valiño y Marta Verde.

La muestra podrá visitarse hasta el próximo 30 de diciembre.