Iván Ferreiro: «Casi todos mis discos, incluso los de Piratas, tienen el poso de Golpes Bajos»

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

IVÁN FERREIRO MORDIENDO UN EJEMPLAR DE «CENA RECALENTADA»
IVÁN FERREIRO MORDIENDO UN EJEMPLAR DE «CENA RECALENTADA» EDUARDO PEREZ

El próximo fin de semana el músico estará en A Coruña y Vigo interpretando las canciones de «Cena recalentada»

05 mar 2019 . Actualizado a las 17:43 h.

Ha llegado el momento de llevar las canciones de Golpes Bajos revisadas por Iván Ferreiro a los escenarios. A Coruña (sábado 9, Pelícano, 27 euros) y Vigo (domingo 10, Auditorio Palacio de Congresos Mar de Vigo, desde 24 euros) son las dos primeras ciudades que abren una gira en la que se seguirá lo plasmado en el disco Cena recalentada. «Se va a intentar ir por ahí, pero en el directo aparecerán cosas que se nos fueron ocurriendo después. Cuando grabas tienes unas ideas, pero cuando lo tocas, otras», señala Iván Ferreiro.

-Las canciones de Golpes Bajos tienen una arquitectura compleja, inusual en aquel pop español de los ochenta. ¿Qué lectura ha sacado interpretándolas?

-Son complejísimas a nivel de armonías, ritmos e, incluso, de fraseo. Son muy potentes, llenas de rarezas y particularidades. Parte de la magia de Golpes Bajos radicaba en su forma de tocar, escapándose un poco de lo habitual en pop y el rock. Están más bien entre el punk y el jazz, algo muy curioso [risas]. Son canciones intrincadas, con acordes y armonías imposibles. La verdad es que es una gozada trabajar con un material así.

-No parecen las canciones de unos chicos de 20 años.

-A nivel de técnica, no. Pero sí que tienen una energía propia de veinteañeros. Están tocadas con mucha velocidad y fuerza. Para hacer este concierto, que dura sobre una hora, necesito la energía que derrocho habitualmente en un concierto de dos horas y media. Ahí se nota mucho la juventud. Pero tenían una madurez musical muy fuerte, aunque el mensaje es muy juvenil.

-Un grupo punk muy poco punk. Teo Cardalda era fan de Génesis. Pablo Novoa tocaba jazz. Y a todos les gustaba la Fania All Stars y Chic. Lo de «cualquiera puede hacerlo» no servía aquí.

-Tenían una complejidad musical muy bestia, pero con un discurso punk. Era el no future: tengo 20 años y no sé dónde voy a acabar. Hay un miedo adolescente a enfrentarse al mundo, a relacionarse con los demás y no saber cómo comunicarse. Eso es muy claro. Existe una sensación de que uno no va a ser capaz de soportar lo que viene porque el futuro va a ser horrible.

-Dice que escucharlo le causó un «shock». ¿Existiría el Iván Ferreiro artista sin Golpes Bajos?

-Me marcaron muchísimo. Me he dado cuenta de que tardé mucho en sacarme la sombra de ese mundo trágico. Casi todos mis discos, incluso los de Piratas, tienen el poso de Golpes de alguna manera. Creo que heredé directamente de ellos ese dramatismo.

-Lleva varios discos de luz y decide revisar esto precisamente ahora. ¿No es paradójico?

-Yo siempre he dicho que, aunque en los discos haya tristeza y dolor, yo los tengo que escribir cuando estoy contento. Para poder acceder a la tristeza y tocarla es necesario estar bien. Al menos en mi caso. Cuando estoy triste no tengo ganas de escribir ni de nada. Sin embargo, si me veo con luz y feliz soy capaz de contar las cosas. Si lo hago desde la bajona nunca me quedará una canción emocionante y equilibrada. Se me pasa de vueltas. Ahora, que estoy en un momento especialmente luminoso en mi vida, me puedo acercar a esto. Si no fuera así, a lo mejor no podría soportarlo. Me querría suicidar.

-¿Desde su madurez no le sorprende lo claustrofóbico del discurso de Golpes Bajos?

-Es que son así. En The Smiths existe ese punto terrible que también me tocó. De hecho, creo que están muy relacionados. Yo a The Smiths los descubrí al ver a Teo Cardalda con una camiseta de Meat Is Murder. Ese discurso era el que tenía en mi juventud. Me quedó esa marca para siempre: contar lo terrible. Me di cuenta al hacer el disco.

-Tituló el disco «Cena recalentada» y puso una foto suya en la portada. ¿Se vio reflejado alguna vez en esa canción?

-Muchísimas veces. La verdad es que mis padres nunca fueron tan horribles como los de la canción, pero es que las canciones están para sublimar las ideas y exagerarlas. La realidad hay que exagerarla para que se parezca a ella. En Cena recalentada existía eso. Por un lado, estaba el no querer volver a casa y tenerte que relacionar con tu familia. Y, por otro, esa chica que queda en el portal, la ilusión de empezar una relación y todo eso. En el fondo habla de sentirte un hombre cuando la dejas en el portal y un mierda el llegar a casa. ¿Cómo no vas a conectar?

«Es normal que haya fans a los que no le guste este álbum»

Cena recalentada fue uno de los lanzamientos estrella del pop español del 2018. También de los más comentados.

-Hay fans de Golpes Bajos a los que no les ha sentado bien su disco. ¿Contaba con ello?

-Sí, claro. Es un homenaje, pero no un intento de sustituir a nadie. Quien haya crecido con Golpes Bajos puede seguir escuchando sus discos preciosos, con un Germán Coppini pletórico cantando como un dios dorado. Creo que es normal que haya fans a los que no le guste este álbum. Pero hay otros a los que les ha gustado y lo disfrutan. Yo he tenido la suerte de escuchar los discos de Golpes Bajos cuando era un chaval y quería ser músico. Ahora, que me va bien, he querido agradecerlo. Eran los primeros discos que escuchaba y me emocionaban que los hacían personas que vivían a 200 metros de mi casa, chavales que habían ido al mismo instituto que yo. Esa revelación de que eres de Vigo y puedes hacerlo fue importantísima. Ahora dudo que ocurra eso, porque un chaval siente que con Internet el mundo está a sus pies. En el 85 la sensación era de que te ibas a quedar hundido en esta ciudad.

-¿El Iván Ferreiro adolescente aceptaría que un adulto revisase el repertorio con otro cantante?

-No lo sé, nunca pensé en ello.

-¿Qué le hubiera parecido, por ejemplo, una revisión de los Smiths sin Morrissey?

-Supongo que cuando tenía 20 años me hubiera molestado. Recuerdo cuando Mikel Erentxun hizo There Is A Light That Never Goes Out, que me ocurrió. Pero luego uno va madurando y se da cuenta de que hay que quitarle peso a las cosas. Realmente, creo que hay algo hermoso en un adulto que viaja atrás para ver de dónde viene. Y este disco es así.

-¿En los conciertos mezclará sus canciones y las del grupo?

-No, solo Golpes, no quiero mezclar. No me gustaría empañar su repertorio con el mío.

-¿Preparado para el chorreo de nostalgia?

-Ya pasó en los ensayos. Iba cantando y me transportaba directamente a mi adolescencia, a mis primos, a Nigrán, a todo eso.