Amplían, a dos días del concierto, el aforo para ver a Bob Dylan en Santiago

CULTURA

Los fans tienen una nueva oportunidad para obtener una de las entradas más baratas
28 abr 2019 . Actualizado a las 16:14 h.Miles de personas esperan que llegue este lunes para asistir al concierto de una leyenda viva, Bob Dylan, quien tocará por tercera vez en Santiago. Muchos se llevaron una pequeña decepción cuando se agotaron, tres meses antes de la cita, las 5.000 entradas que se pusieron a la venta en un primer momento. Pero, cabía la posibilidad de que tuvieran opción a reválida una vez hechos los ajustes técnicos. Así sucedió. Salieron luego unas 400 plazas más para rezagados. De ellas, el viernes solo quedaban algo menos de 40, no aptas para todos los bolsillos porque ver al cantautor en primera fila no sale barato (son 132 euros). Sin embargo, ayer, a solo dos días de la cita, se abrió un nuevo claro de luz para los fans del artista de Minnesota, que tienen ahora una nueva oportunidad de conseguir una butaca en el Multiusos de Sar a partir de 55 euros tras una segunda ampliación del aforo, hasta alcanzar las 5.700 localidades.
De las cerca de 300 plazas extra puestas esta semana a la venta, en la tarde del sábado quedaban algo más de la mitad. La mayor parte, todo sea dicho, en los extremos laterales, en los que resulta más complicado sacar una buena imagen o un vídeo de calidad que puedan quedar para la posteridad. Algo que, aviso a navegantes, llega a sacar de sus casillas a un veterano de los escenarios como Dylan, quien en sus últimos conciertos ha vuelto a abroncar al público por estar más pendiente del móvil que de su música. Cuentan las crónicas de su concierto en Viena, hace un par de semanas, que cuando cantaba Blowin’ in the wind dejó de tocar y le dio a elegir a los allí presentes entre continuar la actuación o parar y posar para las fotos.
Ni cámaras ni autógrafos
Bob Bdylan, El hombre que recibió hace tres años el Nobel de Literatura «por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción», no es amigo de las cámaras ni los autógrafos. Y, a pesar de que trata de mantener en secreto en qué hoteles pasará la noche y hasta juega al despiste, siempre hay fans que lo intentan.
Es muy posible que, como pasó el viernes, cuando al acabar sus dos horas de concierto en Bilbao puso rumbo a Gijón, haga lo mismo esta noche tras cumplir con los asturianos y llegue de madrugada a la capital gallega. Sobre dónde se alojará, poco se sabe. Lo que sí ha trascendido son pequeños detalles, como que viajará con su propio chef, que comerá producto fresco local, comprado el mismo día en el mercado (una petición habitual) y que contará en Santiago con una cocina junto a su camerino, tal y como solicitó.
Mientras tanto, la capital gallega se prepara para que el lunes llegue la legión de seguidores de Bob Dylan, para los que se ha habilitado un refuerzo en el servicio de transporte urbano en autobús. Una lanzadera saldrá, de forma continuada, del centro de la ciudad (desde la escalinata de la estación de ferrocarril, en la rúa do Hórreo) hasta el Multiusos, entre las 17 y las 21 horas, cuando comienza el concierto (sin teloneros). El servicio especial de autocares hará el trayecto en sentido inverso una vez haya finalizado el espectáculo, a partir de las 22.45 horas, según lo previsto.