El nuevo filme de Paco Plaza, un «thriller» sobre el narco en Galicia y los estragos de la heroína
CULTURA
Luis Tosar es el protagonista de «Quien a hierro mata»
27 ago 2019 . Actualizado a las 23:41 h.El valenciano Paco Plaza (1973), responsable de éxitos como la saga Rec o Verónica, ha dirigido por primera vez al gallego Luís Tosar (Lugo, 1971), protagonista de su nueva película, Quien a hierro mata, un «thriller» que explora la tiranía del rencor y la venganza y que llega a los cines este viernes. En su primer trabajo juntos, Plaza y Tosar reviven tras y ante la cámara aquella Galicia que estuvo en manos de narcotraficantes durante los años 80 y 90 y en la que la heroína hizo estragos.
Tosar vuelve así su tierra natal para revivir aquella época que aún recuerda «con dolor», pero no con el enorme rencor que siente Mario, el personaje protagonista que encarna en la cinta. «En Lugo hay una generación que ha sufrido mucho, sobre todo con la heroína», rememora Tosar. «Quizá no se perdieron generaciones enteras, pero yo recuerdo a mucha gente del ámbito rural y del musical que desaparecieron de la faz de la tierra por la droga cuando yo era adolescente», recuerda con tristeza el actor, ganador de tres premios Goya.
La historia gira en torno a un enfermero, Mario, que trabaja en una residencia de mayores y que, por caprichos del destino, se verá obligado a encargarse del cuidado de Antonio Padín, un conocido traficante, encarnado por Xan Cejudo. Es un camello que ha salido de la cárcel debido al grave deterioro físico en su enfermedad degenerativa y que trabajó para el tristemente famoso clan de los Charlines. Mario le culpa de la sobredosis que llevó a la muerte a su hermano, y casi le vence la sed de venganza.
Tendrá así que decidir entre entregarse a las ansias de venganza y rencor que le invaden o actuar con bondad moral. «Hay que entender que nadie es ni bueno ni malo, que todo el mundo tiene motivos para cometer acciones terribles como las que se dan en la película», sostiene Plaza. Para el cineasta, esta dualidad ha sido «la mayor complejidad» a la hora de dirigir la película.
La droga y sus estragos son el hilo conductor del filme, lo que alimenta el rencor de Mario, gobierna los sentimientos de los demás personajes y determina su comportamiento. «Los hijos de Antonio Padín tienen el síndrome de abstinencia de apego, es decir, hay algo que siempre les ha faltado y que necesitan: el cariño de su padre», destaca Tosar. «El sentimiento de rencor, del cual no puede desprenderse, funciona también como una droga para Mario», sostiene el actor. Compara Tosar las decisiones que toma su personaje con «esos homenajes que antiguos yonkis se dan tiempo después de estar completamente limpios», y que «hacen que el monstruo vuelva».
Origen Tanto a Tosar como a Paco Plaza la historia y la propuesta de la película les llegó a través de Emma Lustre, la productora del largometraje. El director aceptó inmediatamente la oferta. Cuando el guión llegó a sus manos se entusiasmó. «Me sedujo el formato de 'thriller', con una complejidad en los personajes poco común en este género» que tanto le caracteriza y al que tanto debe, «y que seguirá entre mis próximos proyectos».
Tosar no fue tan entusiasta desde el principio. «Me lo pensé un poco más, porque mi situación personal en el momento de leer el guión era especialmente sensible hacia la paternidad», confiesa el actor, que acababa de ser padre cuando recibió la propuesta. Una circunstancia que comparte con el personaje que encarna en la cinta. «Ciertos aspectos de la película me resultaron violentos entonces y tuve muchas dudas» confiesa. «Necesité tomar un poco de distancia para decidirme, finalmente, a hacerlo» añade.
Dilemas morales
Afirma Tosar, con todo, haber aprendido mucho de su personaje. «Fue un ejercicio muy interesante como actor porque cuando interpretas siempre haces una especie de ejercicio especular contigo mismo», explica el actor. «Es la oportunidad de plantearte tú como persona una situación similar y qué decisiones o qué caminos tomarías», dice.
«Creo que lo más interesante de la película es que lleva al espectador de la mano de los personajes en ese deambular hacia las zonas oscuras -afirma el actor- de modo que hace que el espectador tenga a su vez ciertas dudas al plantearse esa ambigüedad moral».
«Horrible», define entre risas Tosar la experiencia de trabajar a las ordenes de Plaza. «Un infierno, menos mal que ya se acaba...», dijo el cineasta continuando con la broma y confirmando la excelente sintonía entre ambos.