El grupo pucelano hizo la mezcla perfecta de temas míticos y nuevas canciones en Boimorto
07 sep 2019 . Actualizado a las 13:39 h.Toda una declaración de intenciones. La mezcla perfecta entre nostalgia y actualidad. Sobre todo actualidad: la hipocresía de la sociedad occidental frente a las crisis migratorias y la libertad de expresión fueron los temas con los que Celtas Cortos arrancaron su concierto en el Festival de la Luz. La primera, en la frente. Un clásico como Haz turismo. La siguiente, al corazón: «Un dios maldijo la vida del emigrante: serás mal visto por la gente en todas partes». Y la tercera, a la razón. Un ataque con poesía y una de las canciones de su nuevo disco, Energía positiva: «Y es que sale muy caro sacar la lengua a pasear». «Lo que más me gusta es la mezcla».
Aquí, entre fincas de labradía, con el maíz todavía creciendo, conviven de repente locales que se traen la silla de la playa. Veteranos del festival llegados de cualquier punto de Galicia. Niños, niñas, adolescentes aprovechando sus primeras briznas de libertad. Jóvenes y no tan jóvenes. Parejas, grupos de amigos, y familias enteras. Este primer día, el Festival de la Luz es incluso más íntimo, más personal. Más familiar. La actividad se concentra en la zona Cultivando Música, terreno abonado para los conciertos de distancia corta y las bromas en familia.
A Boimorto llegan en riadas. Algunos con lo justo: una nevera de playa y una chaqueta, que en esta jornada de viento intenso seguro que va a hacer falta. Otros, llegan bien preparados: tiendas, colchones hinchables, un buen puñado bolsas con lo necesario para pasar el fin de semana.
El escenario es un policultivo. A primera hora, Broken Peaches animaban a los más sedientos de festival con sus versiones de canciones míticas. En esta rotación de cultivos no hay tiempo para el barbecho. Minutos después, empiezan a esparcir su rock ecléctico Kitai, una de las bandas madrileñas del momento que ha creado una semilla híbrida entre los Red Hot Chilli Peppers, Muse, Radiohead, Rage Against the Machine e incluso Vetusta Morla.
Siguiente rotación antes de regresar a los años 90. Basanta siembra su historia. El viento no los achanta. Esta es una noche plagada de máscaras. Una mezcla entre ocultismo, psicodelia, pop y tradición.
Hoy, con el campamento bien asentado y las baterías bien cargadas de energía positiva, Boimorto será de nuevo una explosión de Luz. Con los tres escenarios alumbrando el fin de semana, a las 22.30 se cierra el círculo. La anfitriona de esta fiesta deslumbrante se subirá al escenario en su propia casa. No lo hacía desde la primera edición. Que corra el aire, se llama su gira. Era imposible encontrar un nombre mejor para este festival en el que hasta las mazorcas cantan.