El jurado destacó el proyecto como ejemplo «muy destacado» de recuperación y conservación
30 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Devolverle la policromía a las esculturas del pórtico de la Gloria y evitar que se pierda le ha valido a la intervención en la catedral compostelana el premio Europa Nostra en la categoría de conservación. Los galardones, promovidos por la Comisión Europea y Europa Nostra, fueron entregados ayer en una ceremonia celebrada en París, en el marco del Congreso de Patrimonio Europeo.
En total, fueron 25 los galardonados, pertenecientes a 16 países, más un reconocimiento especial a los bomberos de París por su participación en la extinción del incendio que sufrió en abril la catedral de Notre Dame. De ellos, siete fueron laureados con un Gran Premio —dotado cada uno con 10.000 euros—, anunciados por el comisario europeo de Cultura y Educación, Tibor Navracsics, y Plácido Domingo, en calidad de presidente de Europa Nostra. Por último, el periodista y escritor Stéphane Bern, a quien el presidente de la República francesa ha confiado una misión especial en relación al patrimonio en peligro, reveló el premio del público.
El premio fue recogido por el presidente de la Barrié, José María Arias Mosquera, que lo dedicó a Pedro Barrié de la Maza y Carmela Arias y Díaz de Rábago, quienes marcaron la recuperación del patrimonio gallego como una prioridad de la fundación desde su creación en 1966. «Para la Fundación Barrié representa un incentivo para seguir trabajando en pro del patrimonio de nuestra tierra», declaró Arias.
El proyecto de conservación preventiva y restauración del pórtico ha sido liderado conjuntamente por la Fundación Barrié —que también ejerció el mecenazgo exclusivo— y la Fundación Catedral, con la coordinación técnica del Instituto del Patrimonio Cultural de España y la supervisión de la Xunta. La actuación se hizo acreedora de la distinción en la categoría de conservación por ser un «ejemplo muy destacado de conservación y cuidadosa recuperación de escultura en piedra policromada en una obra de fundamental importancia en la escultura románica», según el fallo del jurado.
El proyecto tuvo una duración de doce años. Una primera fase desarrolló varias líneas de investigación que incluyeron los análisis de la policromía, las condiciones ambientales o la experimentación de tratamientos químicos o de láser. Con este conocimiento en profundidad de la obra y su estado de conservación se pudo redactar un plan de conservación preventiva y una propuesta de intervención. También se abordaron los elementos que contribuían al deterioro del pórtico y los factores de degradación.