Pedro Cabrita Reis lleva su taller creativo al CGAC con «Work (always) in progress»

Cuando vio una vitrina en los almacenes del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), Pedro Cabrita Reis (Lisboa, 1956) tuvo claro que lo primero que iba a hacer era cortarle una de las patas. Ahora es una de las treinta obras que conforman Work (always) in progress, la primera muestra individual en un museo público gallego de este artista que renovó la plástica en Portugal a partir de 1974. Como The architect, hay otras once piezas más que creó durante las dos semanas del proceso de montaje en el museo compostelano —dos de ellas se quedaron fuera— para acompañar a la veintena de trabajos ya ejecutados con anterioridad. Todos ellos configuran una exposición que constituye un recorrido por la trayectoria de Cabrita Reis de los últimos años, además de mostrar su metodología, que consiste en un permanente proceso de creación. «Su trabajo y su vida son una misma cosa. El lugar adonde se desplaza se convierte en su espacio de trabajo», destacó Susana González, que junto al director del CGAC, Santiago Olmo, se encargó de comisariar esta muestra que podrá visitarse hasta el próximo 2 de febrero.

Cabrita Reis lo tiene claro. «La creación empieza cuando coges cosas para ir al taller». Y él las encuentra en lo cotidiano, como un cuadro de luz al regreso de colocar una pieza en la casa de un coleccionista o en los vidrios que le regaló un amigo, que pintó de rojo y negro para conformar con ellos Unha liña vermella, con algúns momentos máis escuros... (para Ramón), una instalación que ahora transforma toda una sala del CGAC. «El universo de la vida cotidiana es lo más rico poéticamente», confirma el artista luso. Por ello, en sus creaciones, emplea tubos de alumino, fluorescentes, cristales..., para conformar «un enriquecedor ambiente donde se establece un puente entre la creación artística y la vida real».

En la exposición del CGAC se aprecia cómo Pedro Cabrita Reis da nueva función a objetos usados, como el caso de 70 ruedas recicladas que reciben al visitante en el hall del edificio diseñado por Siza. «Soy un recolector de ruinas», sentencia el artista portugués, que concibe cada una de sus piezas como si fuese la última, «por eso tiene que tener todo lo que puedes dar». Su felicidad, al final de su vida, sería «poder decir que he aumentado la experiencia de la vida de la gente que ha visto mis cuadros».

El director del CGAC, Santiago Olmo, incidió en la mezcla «entre o industrial e o pobre» en la obra de Cabrita Reis para añadir que «hai unha mestura entre as formas do minimalismo e unha sensibilidade moi próxima á arte pobre nos tratamentos dos materiais, no uso de materiais pobres, que xunto cos industrias xeran unha visión do cotiá moi aguda para comprender o presente visual, estético, das nosas cidades e entornos habitacionais».

Work (always) in progress incide, además, en la variedad de registros formales del trabajo de Cabrita Reis, que concita dibujo, pintura y escultura. «Aunque aborda muchas disciplinas, se considera un pintor que hace escultura», destacó la comisaria Susana González, que calificó al portugués de «artista clásico» no solo por «la concepción de pintor de espacios, sino también por las preocupaciones universales que atraviesan su trabajo, como la muerte y la existencia».

Con esta muestra que ocupa el hall, la planta baja, la planta primera y, además, sitúa dos piezas en los exteriores del edificio, el CGAC pretende estrechar los lazos creativos con Portugal, según resaltó el director xeral de Políticas Culturais, Anxo Lorenzo.

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