La última cinta de Oliver Laxe triunfa en los galardones del cine catalán, donde la mejor dirección artística fue para Sylvia Steinbrecht por su recreación de la Galicia de finales del siglo XIX en el filme de Isabel Coixet «Elisa y Marcela»
20 ene 2020 . Actualizado a las 20:55 h.Tras el jarro de agua fría de la reciente gala de los Premios Feroz -en la séptima edición de unos galardones que concede la Asociación de Informadores de Cine de España-, Oliver Laxe se convirtió en una de las estrellas de la velada de los Premios Gaudí, que se celebraron en la noche del domingo 19 de enero en el auditorio del Fòrum de Barcelona. En los Feroz Pedro Almodóvar arrasó con su último filme, Dolor y gloria, dejando en blanco el casillero del realizador gallego y su O que arde, una de las sorpresas de la temporada, que concursaba en las categorías de mejor película dramática, dirección y guion, tres estatuillas que se llevó el director manchego, que sumó un total de seis de las diez a las que optaba. En la cita que organiza la Acadèmia del Cinema Català -que vivía su 12.ª edición y que es un equivalente a la velada gallega de los Mestre Mateo-, Laxe brilló con luz propia en un encuentro que fue un festejo, sobre todo, de dos películas también de evidente marchamo autoral: La hija de un ladrón, de Belén Funes -largometraje en lengua no catalana, dirección y guion- y Los días que vendrán, de Carlos Marques-Marcet -película, montaje y actriz para María Rodríguez Soto-.
O que arde, que aún sigue en cartel y ya ha hecho historia en el cine gallego en cuanto a taquilla, se impuso en los apartados de mejor película europea -que le disputaban La favorita, de Yorgos Lanthimos; Lazzaro feliz, de Alice Rohrwacher; y Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma- y en la fotografía -donde Mauro Herce triunfó sobre Álex García, por Los días que vendrán; Gris Jordana, por La vida sin Sara Amat; y Neus Ollé, por La hija de un ladrón-.
La cinta de Laxe tiene este fin de semana una nueva prueba de fuego en los Goya, donde participa en las dos candidaturas más importantes, película y dirección, además de la de fotografía (por Herce) y la actriz revelación (Benedicta Sánchez).
El Gaudí a la mejor dirección artística fue para Sylvia Steinbrecht, que ve reconocido así su recreación de la Galicia de finales del siglo XIX en el último trabajo de Isabel Coixet, Elisa y Marcela, la historia de amor de dos mujeres que se casaron en 1901, una de ellas haciéndose pasar por hombre. El filme Quien a hierro mata, coproducido por la firma coruñesa Vaca Films, se hizo también con dos estatuillas, la de mejor actor secundario para Enric Auquer y la de la dirección de producción para Oriol Maymó.