El filme «El año del descubrimiento» desencuaderna el libro de oro de la Transición

José Luis Losa RÓTERDAM / E. LA VOZ

CULTURA

Detalle de varios fotogramas del documental
Detalle de varios fotogramas del documental

El cineasta murciano Luis López Carrasco documenta la reconversión industrial como un acto salvaje que define la derrota absoluta de la izquierda. La cinta se estrena en el Festival de Róterdam

28 ene 2020 . Actualizado a las 08:51 h.

El mismo día y a la misma hora que en el oropel de Málaga se repartían goyas y goyitas, en el Festival de Cine de Róterdam nacía, a golpe de algo tan subversivo como la verdad, la que este cronista considera una de las más grandes películas frontalmente políticas que haya conocido el cine español desde que Jaime Chávarri filmó El desencanto, hace casi medio siglo. El año del descubrimiento, del murciano Luis López Carrasco, comparte con la obra de Chávarri un tono de elegía puñetero, desolador y forense. Pero con bisturí de acero al rojo. Si con la familia Panero se desvestía la panoplia apolillada del franquismo como mascarón, para dejar ver que la épica de aquella dictadura era solo polvo, en El año del descubrimiento los testigos de la reconversión industrial del sector naval de Cartagena desmochan a ritmo de machetazo verbal la fronda que espesó y dio empaque al libro de oro de la Transición. Y lo desencuadernan. Sacan a la luz en un prodigio documental de 200 minutos (y cada uno de ellos lleva dentro una mina) una de esas zonas oscuras de nuestro tiempo relegada al olvido: la que culminó con la quema en Cartagena del edificio del Parlamento murciano en el 92, tras la exacerbación de una intervención policial desquiciada frente a las protestas sindicales. Y mientras, en Barcelona y Sevilla España era una fiesta.

Es El año del descubrimiento obra-manifiesto de denuncia coral que no solo recupera lo que fue la trituración económica de una región, sino que encauza un caudal narrativo cristalino que espejea y explica tanto la derrota absoluta, con armas y bagajes, de la izquierda social (mientras en la Moncloa el mandato socialista cumplía un decenio) como la proyección actual de aquel proceso traumático en una comunidad como la de Murcia, en la que la debacle política e ideológica se hace indisociable y se revela como osmótica con este presente del más pesadillesco de los desencantos: aquel en el cual Vox alcanza en esta provincia sus mayores cotas de voto en todo el país.

El ágora de la churrería

El montaje de exploración de ese pasado en sombras que se abatió sobre los puestos de trabajo industriales de Cartagena lo escenifica López Carrasco en el ágora de un café-churrería de Cartagena, Tana. Con un tratamiento visual que se asemeja al de las grabaciones domésticas de los 90. Y con testigos -sindicalistas, ciudadanos de todo pelaje, jóvenes del precariado y ancianos nostálgicos del cuarentañismo, o sociólogos; pero nunca políticos, pero nunca tertulianos- cuyo relato, dispuesto en la duplicidad de la pantalla partida, es el río que parte del drama local, de la descuartización de la Bazán más frágil e inerme, un río que sinfónicamente va acrecentando su corriente hacia la deriva de la socialdemocracia, el triunfo insaciable del neoliberalismo y la actual democracia descuajeringada.

Paisaje humano retratado por el cineasta murciano Luis López Carrasco
Paisaje humano retratado por el cineasta murciano Luis López Carrasco

El año del descubrimiento resulta, en efecto, una epifanía: la de tomar cuenta de cuánto hay de pusilánime en un cine español que -desde el añorado Joaquín Jordá- no ha sido capaz de enarbolar el discurso de un fantasma que ahora, fuera de su rol, ya apenas recorre Europa: el de una clase obrera desasistida de imágenes, de cámaras, de luces y micros sobre su disgregación. Pues para eso ha llegado el filme de López Carrasco: para erigirse en acto de bravura y de memoria de esos seres disgregados a los que les queda la palabra. Y porque, en la ola de la posverdad, no hay nada más revolucionario que los hechos de lo que fue una escabechina social. De ese empeño sale El año del descubrimiento como obra de movilización que entronca con el cine político universal de alcance indomeñable.