Literatura Random House publica en castellano «Bajotierra», un asombroso viaje a las profundidades realizado por el escritor y naturalista inglés
29 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Que el diario The Guardian haya incluido Bajotierra entre los cien mejores libros del siglo XXI debe invitar a una reflexión por estos pagos, y sobreponerse de paso a la pobre excusa del chovinismo anglosajón. El libro, subtitulado Un viaje por las profundidades del tiempo, indaga la importancia en la existencia del hombre de la relación con el subsuelo, un universo que Robert Macfarlane (Halam, Nottinghamshire, 1976) ausculta con el alma de poeta que impregna toda su obra, una de las más maravillosas cimas de ese género llamado nature writing. Algo intuía el lector sobre ese rumor (no solo geológico) que latía bajo aquella cama de hojas y restos vegetales en putrefacción que alfombraba el sendero en Corredoira, breve pero hermosísimo libro de Macfarlane que editó en gallego el sello Kalandraka.
Precisamente en Corredoira decía Macfarlane -en una conversación que publicó La Voz de Galicia con Xesús Fraga, el traductor de aquel ensayo- que «la historia se porta de forma extraña es estos lugares». Con esa certeza en la cabeza, el escritor inglés viaja ahora a un sustrato más profundo, un reino de oscuridad y (hasta cierto punto) silencio, donde caben, más allá de la propia ecología, desde el enterramiento -como las cámaras funerarias de la Edad de Bronce- hasta el pasado y el futuro del planeta y sus moradores. Ahí están esperando algunas respuestas a los orígenes del universo e incluso lo que puede aguardar a una Tierra de una era poshumana.
El subsuelo asume generosamente tanto una macroinfraestructura para almacenar desechos nucleares -en construcción bajo la superficie de la isla finlandesa de Olkiluoto- como presencia impertérrito el deshielo de los glaciares de Groenlandia, acoge los ríos que desaparecen entre el suelo, oculta las cuevas bajo el hielo ártico y el inquietante sistema cavernario del karst esloveno, alberga la ciudad invisible de las catacumbas parisinas y da pábulo a la asombrosa red fúngica por la que se comunican los árboles.
Si alguien posee los conocimientos, la vocación y el talento narrativo para investigar y mostrar los vínculos entre estas simas y el hombre es Macfarlane, que con su gusto por contar, con su prosa, ilumina estos territorios ignotos, a cuya memoria saca inesperados brillos. Y el lector, dispuesto hasta ahora a creer que está a salvo de este reino de oscuridad, y a entregárselo graciosamente a espeleólogos y otros locos de la naturaleza, encontrará que una parte de su existencia está en juego en el abismo de estas habitaciones subterráneas, en el origen y el final.
Junto a la publicación en castellano de este título del año 2019, Literatura Random House rescata del catálogo del sello Alba Las montañas de la mente (2003), en el que Macfarlane traza una personal historia de la fascinación del hombre por hollar las cumbres, una aventura en la que el músculo y el desafío viril dejan paso muchas veces a una honda espiritualidad.