La cinta de Marc Munden, con demasiados efectos, es una nueva adaptación de la novela de la escritora británica Frances Hodgson Burnett
14 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Corroboro en la base de datos Imdb.com que en los efectos visuales del filme El jardín secreto participaron en torno a sesenta profesionales. Si les sumamos otros departamentos vinculados también al CGI [acrónimo inglés de imágenes generadas por ordenador], se confirma el abusivo peso digital en la resolución de esta película. La cinta de Marc Munden es una nueva adaptación de la novela de la escritora británica Frances Hodgson Burnett, un clásico de la narrativa juvenil desde su publicación en 1911 y que ya adaptara con mayor fortuna en 1993 la directora polaca Agnieszka Holland.
Si aquel largometraje conseguía equilibrar forma y fondo, aquí, pese a deslumbrar con sus imágenes -en el lapso de tres décadas la tecnología ha evolucionado una barbaridad-, estas se comen la historia de una huérfana que es enviada a Yorkshire desde la India, a la mansión victoriana de su tío, fulano atormentado, gris e irritable que además lleva fatal su viudez y un hijo preadolescente aquejado de una grave inmovilidad. Sobre esa base, además, el agradecido halo de misterio del texto original, que entronca con la mejor literatura romántica, aquí desaparece para aligerar la trama.
Mientras, la pantalla oscila entre el ambiente tétrico de la mansión y la explosión de color que supone el descubrimiento del jardín mágico con toda su carga simbólica, que al cabo será la solución a todos los males. Quizá no era Marc Munden -realizador curtido en las teleseries británicas, varias de ellas de temática histórica- oficiante para este rito por una idea errada de la elegancia formal, en particular si provoca asfixia a la historia con su explosión visual.
Otro de los riesgos de un filme de época está en el manejo del ritmo, aquí irregular cuando se empeñan en recrearse en la supuesta belleza ambiental, como subrayando al espectador el pastón que se pulieron en el proyecto. Es posible que recortar el metraje le habría venido bien. Y aunque la actriz protagonista se amolda a su personaje, Colin Firth no deja de resolver el suyo como quien sale a silbar, que a fin de cuentas sacar cara de avinagrado debe ser bastante fácil para un actor con sus tablas.
Con todo, y vista la simpleza dominante en otros materiales de este calibre, la película es digna de ver, en particular por el castigado público juvenil. Al menos en El jardín secreto no se les trata de bobos.
«THE SECRET GARDEN»
G. Bretaña, Francia, EE.UU., China. 2020.
Director: Marc Munden.
Intérpretes: Dixie Egerickx, Colin Firth, Julie Walters, Maeve Dermody, Edan Hayhurst, Sonia Goswami, Jemma Powell, Amir Wilson, Lee Starkey.
Drama/Fantástico.
99 minutos.