La autora del gran fenómeno de ventas «La chica del tren» publica su tercer «thriller», con tres mujeres sospechosas alrededor de un joven asesinado en una casa flotante
04 sep 2021 . Actualizado a las 09:20 h.A sus 48 años, Paula Hawkins (Harare, Zimbabue, 1972) soporta la responsabilidad -la enorme presión- del éxito de su primera novela de intriga, La chica del tren, a la que siguió la no tan ganadora apuesta Escrito en el agua (2017). Dicen que esta escritora afincada en Londres ha vendido ya más de 27 millones de ejemplares. Fruto de esa posición que la lleva a jugar en la liga de los grandes, su tercer libro, A fuego lento, salió el pasado miércoles día 1 de septiembre a la calle simultáneamente en más de cincuenta países después de superar incluso un intento de hackeo del manuscrito. De nuevo Hawkins construye un thriller absorbente que pivota alrededor de Laura, un potente personaje femenino, como ocurría en aquel fenómeno de masas inesperado que fue La chica del tren (2015) con Rachel Watson, a la que en la posterior adaptación al cine encarnó la actriz Emily Blunt. Laura, junto a Carla y Miriam, tejen una red narrativa en torno a un joven que aparece asesinado en una barcaza -una casa flotante amarrada en el londinense Regent’s Canal- y que las señala como sospechosas en el curso de la investigación policial, a lo que ayuda su condición de inadaptadas, de resentidas, de supervivientes, personas a las que el destino no mimó precisamente. Las frustraciones íntimas y la soledad desempeñarán una motivación clave en sus conductas.