
Castille Landon sirve una película vacía de contenido coherente más allá del que puedan darle con su enganche los seguidores de los libros o de las anteriores entregas
08 sep 2021 . Actualizado a las 00:18 h.Resulta difícil, para quien no conozca la saga, seguir el hilo de este desbarajuste hormonal con visos de telenovela chic que es After. Almas perdidas, tercera entrega en la adaptación de las novelas con el mismo nombre, todo un fenómeno editorial entre adolescentes que resulta de la edición en papel de una fan-fiction surgida de la mente de una fan de la boy band One Direction, que previamente rompió récords de lectura en una aplicación digital. Todo esto ya da una idea de por donde va la cosa.
El argumento es a estas alturas cansino, y a veces genera un poco de vergüenza ajena: chico malote (misterioso, guapete y tatuado) y chica buena (estudiosa, delicada y de rostro angelical) sufren la típica atracción de los polos opuestos y viven la magnitud del primer amor, el descubrimiento del sexo y todas esas cosas que te ponen el mundo del revés con la intensidad adolescente. Tras muchos vaivenes donde teóricamente ha primado el amor, deben seguir haciendo frente a diversas pruebas, porque, oigan, la historia da para cinco novelas y aún vamos por la tercera.
After. Almas perdidas es como un capítulo inconcluso que solo puedes seguir si has visto (y seguirás viendo) las demás películas, pues parte directamente del final del segundo filme, y queda totalmente abierto a la continuidad del siguiente, sin una línea coherente y sin que pase gran cosa. Lo único que vemos en sus 99 minutos de duración es una perpetuación del estereotipo del chico atormentado que se salva -o está camino de ello- por amor, y un empaquetado bonito (cuidada ambientación, mucha toma aérea, gente guapa y bien vestida) que disfraza la realidad de fondo en todo esto: una relación tóxica y obsesiva de supuesto «amor verdadero» entre un chaval celoso y posesivo (pero, claro, es que tiene un pasado atormentado) y una chica aparentemente independiente (pero enganchada a ese amor). Todo ello en ambientes pijos hasta la extenuación, con un guion repleto de frases hechas para poblar muros de instagramers, y un supuesto atrevimiento en sus escenas de sexo que se queda en un quiero-y-no-puedo más mojigato de lo que se preveía.
En resumen, una cinta hueca, vacía de contenido coherente más allá del que puedan darle con su enganche los seguidores de los libros o de las anteriores películas. Solo apta para muy fans.
«AFTER WE FELL»
EE.UU., 2021.
Director: Castille Landon.
Intérpretes: Josephine Langford, Hero Fiennes-Tiffin, Arielle Kebbel, Mira Sorvino, Louise Lombard.
Drama romántico.
99 minutos.