Marina Heredia: «Necesito tener un pie en la raíz y otro en la aventura, para mí es vital»
CULTURA
Interpreta en Santiago, A Coruña y Ourense las «Canciones populares españolas» de Lorca junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia
17 dic 2021 . Actualizado a las 09:46 h.No es la primera vez que Marina Heredia (Granada, 1980) ve cómo una orquesta sinfónica respalda su voz sobre un escenario. Pero sí que es la primera que interpreta las Canciones españolas antiguas de Federico García Lorca de este modo. Se trata de la primera parte de los conciertos que dará con la Orquesta Sinfónica de Galicia en Santiago (viernes, Cidade da Cultura, 19.00 horas), A Coruña (sábado, Palacio de la Ópera, 20.00 horas) y Ourense (miércoles 22, Teatro Principal, 20.00 horas). En el segundo tramo de la velada se ofrece El corregidor y la molinera de Manuel de Falla.
—El flamenco es pasión y garra. Y la clásica, disciplina y orden. ¿Es difícil casar ambos mundos?
—Los flamencos somos mucho más anárquicos que los músicos clásicos y, sí, la verdad es que son mundos totalmente opuestos. Pero eso no tiene por qué ser malo. Si encuentras el equilibro, ocurre como todo en la vida. El flamenco tiene mucho del momento y de la inspiración. Es la frescura esa de que no sabes lo que te pueda pasar, siempre dentro de unas bases y códigos. La clásica es más ordenada y encasillada. Juntar eso requiere mucho trabajo.
—¿Se puede improvisar con una orquesta sinfónica detrás?
—Bueno, puedes ser un poquito más elástica, pero no improvisar como tal. Hay 50 músicos contigo. ¿Cómo le haces saber que vas a alterar medio compás? No, no puede ser [risas].
—¿Revisar a Lorca de este modo es un «Capricho», tal y como titulaba usted su último disco?
—Pues sí, lo es. Siempre he sido muy inquieta. Musicalmente, necesito siempre tener retos que superar, si no me aburro. Para mí trabajar con una orquesta siempre lo es. Me motiva muchísimo. Y respecto a lo de Lorca, es que este año es muy importante. Hace 100 años que Falla y Lorca organizaron el primer concurso de cante jondo. En cierto modo, fue el punto de partida para que el flamenco empezara a salir de los cuartos de los señoritos y los artistas dejaran de malvivir del cante. Empezaron a ser más reconocidos y tener más calidad de trabajo, codeándose con músicos de otras disciplinas.
—En ese último disco, el citado «Capricho», hace una inmersión en los ritmos latinos.
—Parecen mundos lejanos, pero no lo son. Todos esos ritmos medio los llevamos para allá nosotros. Pero también nos trajimos muchas cosas de allí. De hecho, en el flamenco hay muchos cantes que se denominan de ida y vuelta, como la colombiana, la guajira y la milonga. Son cantes que quién dice si son de aquí o de allí. Están tan mezclados que no se sabe. En este disco hemos cogido ese concepto con otro contenido. La música es mezcla. Da igual la etiqueta que se le ponga.
—¿Estas idas a otros géneros le plantean la duda que si se aleja demasiado de la raíz?
—Yo necesito tener un pie en la raíz y otro en la aventura, para mí es vital. Puedo hacer miles de proyectos durante todo el año, pero cada cierto tiempo tengo que volver y sentarme en una silla con un guitarrista. Y cantar por seguidillas, cantar por malagueñas y cantar por soleá. Después, de ahí, me vuelvo a ir.
—Los psicólogos dicen que los niños pequeños al jugar necesitan parar cada cierto tiempo y dar un abrazo a su madre o su padre para recargarse. ¿Le ocurre eso a usted con el flamenco?
—Sí, puede ser. Yo soy una persona que sé de dónde vengo y ni lo escondo ni lo quiero disfrazar. Yo soy lo que soy y gracias a esa raíz he llegado hasta aquí. Pero entiendo que los artistas tenemos que tener la liberad de equivocarnos, acertar, retroceder y avanzar.
—Fue secretaria de la Unión de Artistas Flamencos...
—Y formo parte, aunque desde hace poco ya no tengo ese cargo, afortunadamente [risas]. Hubo elecciones y ahora hay otra junta directiva, pero estoy en la lucha.
—¿Cuál es esa lucha?
—Interna y externa. El flamenco es un sector que está muy desestructurado profesionalmente. Los artistas flamencos, por norma, nunca hemos estado pendientes de pagar impuestos, de que se nos contrate en condiciones... No hay un convenio marco que regule los escenarios. Desde las peñas flamencas a los tablaos y los grandes teatros... Estamos intentando poner un poco de orden en todo esto para beneficiar al artista.