Rechazo unánime en Asturias a la oficialidad del gallego en el Principado

Luis Ordóñez
LUIS ORDÓÑEZ OVIEDO / LA VOZ

CULTURA

Manifestación en defensa de la oficialidad de la llingua asturiana.
Manifestación en defensa de la oficialidad de la llingua asturiana.

La academia y colectivos de defensa del asturiano tildan de inoportuna la RAG

13 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las reacciones de rechazo fueron unánimes en Asturias a la declaración de la Real Academia Galega (RAG) reclamando que, en el proceso de reforma del Estatuto del Principado, se incluya la oficialidad del gallego en las mismas condiciones que el asturiano. Por un lado, porque la institución gallega no tiene competencia alguna en el territorio astur (algo a lo que aludió de forma directa en el presidente del Principado, Adrián Barbón) pero también por la consideración de que se trata de un posicionamiento descortés e, incluso, inoportuno, en un momento en que los grupos comienzan a debatir la reforma estatutaria.

En tal sentido habló el presidente de la Academia de la Llingua Asturiana (ALLA), Xosé Antón González Riaño, que señaló que «constituye una injerencia política inadmisible y especialmente inoportuna en este momento en que se está abordando la reforma del Estatuto de autonomía, una negociación compleja, y esto contribuye a generar desde el punto de vista social unas incertidumbres que no tendrían por qué generarse».

El reconocimiento de la oficialidad del asturiano requiere una modificación del Estatuto para la que es necesaria una mayoría reforzada, tres quintos de la Cámara autonómica. Los partidos que han iniciado el debate en Asturias suman la cifra necesaria de escaños, pero muy justa. 27 de 45 diputados, los que darían los 20 del PSOE, 4 de Podemos, 2 de Izquierda Unida y 1 de Foro Asturias, que se postuló a favor demandando que la misma mayoría reforzada sea necesaria para la futura ley de uso y también que se consideraran sus reclamaciones de rebajas fiscales, aunque esta no es una cuestión que ataña al Estatuto. Barbón propuso tomar como modelo de redacción para la oficialidad del asturiano el texto del Estatuto gallego, pero solo la literalidad de la letra. Además, sí se incluiría la oficialidad de la variante del occidente de Asturias exclusivamente en su ámbito territorial.

«Pretender dictar la política lingüística en una comunidad no teniendo ningún tipo de competencias es absolutamente sorprendente», insistió González Riaño, quien añadió: «Yo no me atrevería de ninguna manera a plantear qué es lo que tiene que hacer Castilla y León con la variedad lingüística del asturiano del norte de León o no me atrevería a decir a las autoridades de Miranda do Douro en Portugal lo que tienen que hacer con una variedad lingüística del asturiano, ni me atrevería a decirles que mirandés no es el nombre que deben usar».

El pasado martes el presidente asturiano remarcó: «Nadie nos dirá, desde cualquier otra comunidad y por mucho respeto que les tengamos, lo que tenemos que recoger en nuestro Estatuto».

Desde Iniciativa pol Asturianu, Inaciu Galán indicó que «las relaciones entre Asturias y Galicia son buenas, son dos comunidades lingüísticas que tenemos mucho en común, con lenguas que están en peligro. Y lo que tenemos que hacer unos y otros es colaborar para que tengan un futuro las dos lenguas». Por su parte, Carlos Pulgar, de la Xunta pola Defensa de la Llingua, apuntó que «el debate tiene que estar basado en lo que lleva diciendo el movimiento de reivindicación desde hace 40 años y ahora no hay que dejarse entretener por ningún tipo de cuestiones, ni por esto que aparece ahora ni por chorradas que dicen otros con la intención de dinamitar este proceso», recordando además el nulo peso que, a su juicio, puede tener en el debate cualquier institución ajena a Asturias.

Sí hay debate en Asturias sobre la denominación de la lengua de transición en el ala occidental, que la población local denomina simplemente fala. Si colectivos de la zona como, Xeira, defiende la de gallego-asturiano, la ALLA lo considera «impopular» y ha propuesto el de eonaviego como «una denominación neutra, aséptica; y eso no tiene nada que ver con la adscripción filológica, que es otra discusión en la que yo no quiero entrar en estos momentos», zanjó González Riaño.