Álvaro Benito (Pignoise): «Sonábamos en radiofórmulas, pero siempre nos ponían pegas»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LAVOZ

CULTURA

Álvaro Benito (en el centro) con sus compañeros de Pignoise
Álvaro Benito (en el centro) con sus compañeros de Pignoise cedida

Pignoise llega esta semana a Galicia en la segunda etapa del grupo

31 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace tres años que Álvaro Benito dejó de entrenar a la cantera del Real Madrid. Decidió entonces llamar a Pablo Alonso Álvarez y Héctor Polo y volver a juntar a Pignoise para dar unos conciertos. «Superaron nuestras expectativas. Nos pusimos a trabajar en nuevo disco. Había dos caminos que tomar. Uno suponía alejarnos del pasado y preguntarnos qué disco haríamos ahora si nos juntáramos por primera vez. Y decidimos hacer lo contrario: ser fieles a nuestro sonido y a lo que esperan nuestros fans e intentar volver al origen», señala. El resultado se ha plasmado en Diversión. Lo presentan el viernes 4 en A Coruña (Inn Club, 21.30 horas, 18 euros).

-Vuelven al origen, pero también son conscientes de su edad. Lo dicen en «Huesos».

-Sí, habla claramente del paso del tiempo. ¿Qué ha pasado en mi vida cuando no hace nada estaba por ahí practicando el hedonismo y ahora tengo 45 años? Es un tema recurrente y de los que me obsesionan en la vida. El tiempo pasa demasiado rápido. 

-Hace 20 años su sonido influido por el punk-rock californiano era la música del momento. ¿Cómo la ven en el contexto actual?

-Yo siempre entiendo la libertad artística como un principio básico y la libertad del público para elegir cualquier opción. Puede que dé una opinión un poco de abuelo cebolleta. Creo que mi generación ha sido privilegiada. Pienso que la música de los sesenta, setenta, ochenta y noventa va a ser irrepetible por la forma de hacerla. Antes no había la posibilidad de hacer en casa un disco como ahora. Había que pasar un filtro, ser muy bueno y tener muchísima preparación. Eso solo para entrar a un estudio. Por eso salían las obras de arte que salían. Ahora lo veo inviable, simplemente por el proceso creativo y de grabación. La música no se puede explicar. O te estimula o no te estimula. Está claro que los nuevos sonidos a mí no me estimulan. No me paro a escuchar el urbano o lo latino, pero no soy yo quién para decir si está bien o está mal. La música se consume por lo que te emociona y te hace sentir cosas. A mí eso me ocurre con otras cosas. Pero es que yo he crecido mamando otro tipo de música. 

-¿Cómo se siente cuando toca hoy en día canciones como Te entiendo o Nada que perder, que fueron con las que tocaron techo? ¿Es algo lejano?

-Esas son canciones que han trascendido y pasan a ser de la gente. Realmente, pierden un poco el sentido de propiedad. No me evocan tanto ese momento. Pero la música tiene algo de temporal que es imbatible. Por ejemplo, yo creo que nuestro disco puede que sea el mejor pero es imposible que supere a aquellos temas. Porque la gente cuando los escuchas viaja a aquella época de su vida. A mí me pasa con los artistas de los ochenta y los noventa. No se puede luchar contra eso, como le pasa a muchas bandas. Es un bendito problema, porque son canciones que las conoce incluso la gente a la que no le gusta Pignoise, que es tremendo.  Además ha pasado a otras generaciones.

-¿Sí?

-Una de las cosas que nos llamó la atención cuando volvimos en 2019 fue ver a un montón de chavales de 16 y 18  años en los conciertos. 

-¿No es un poco chocante eso?

-Sí, era público intangible. En su momento no podían ir a conciertos ni compraban discos, pero se ve  que escucharnos a través de sus hermanos mayores o papás queda. Nos comentan que nuestras canciones las ponen en discotecas light junto a otras de El Canto del Loco o Pereza. Eso se ha mantenido vigente. Me ha sorprendido mucho. 

-El Canto del Loco, Pereza y ustedes remiten a un pop de guitarras de una era que ya es un clásico, como del de los ochenta ¿Se ven en esa generación?

-Sí, puede ser. La gente nos asocia a esos tres grupos a las bandas de los dosmil del pop español. Originariamente quizá nuestras influencias eran otras, pero acabamos metidos en ese saco. A lo mejor estábamos destinados a ser más minoritarios pero lo que pasó con la tele nos llevó a ahí. Yo creo que si que la gente nos ve así

-La La Love You, uno de los grupos «indies» del momento, los citan como influencia.

-[Risas] Los conocemos desde hace años. Me parece una gran banda y para nosotros eso es un orgullo. No hemos inventado nada, pero sí es cierto que éramos el único grupo con guitarras y un poco más de distorsión que era un poco mainstream. Sonábamos en radiofórmulas, pero siempre nos ponían pegas.

-¿Cuáles?

-Que bajásemos las guitarras en las mezclas. Ahora quizá volvamos a ser otra vez los únicos que sonamos con guitarras distorsionadas en las radiofórmulas. Y eso puede que le haya tocado a algunas bandas. Por ejemplo, Carolina Durante. Ellos mismos me han comentado que una de sus influencias en Pignoise. Eso es un orgullo tremendo, pero desde la humildad más absoluta