«Detective Conan: La novia de Halloween»: Pequeño gran detective

Aunque sin despertar grandes fanatismos por estos lares, como sí lo hace en el país nipón, las aventuras del detective Conan (un investigador atrapado en el cuerpo de un niño de 6 años por avatares del destino, de la ciencia ficción y del gusto por los cambios de cuerpo en los mangas y animes) han transcurrido sin descanso desde mediados de los 90 hasta nuestros días. Desde el cómic originario (que sigue publicándose) a su serie de televisión emitida en múltiples países (España, incluida) y sus videojuegos derivados, el anime Detective Conan cuenta también con una veintena de películas en su haber. Y es que un par de decenios dan para mucho…

Esta constancia ha hecho que el público europeo haya ido abriéndose paulatinamente a estos filmes, que alimentan a fans fieles y a nuevos descubridores del género. Las aventuras del detective Conan están orientadas a un espectador tanto infantil como juvenil, con entretenidas tramas de misterios a lo Agatha Christie pasadas por los avances tecnológicos de la nueva era, con un pequeño Sherlock Holmes que se sirve de unos gadgets más propios de la saga Misión imposible. Su esquema de planteamiento del misterio-desarrollo/investigación-resolución (muchas veces sorpresiva) sigue un mecanismo clásico que no por conocido resulta menos eficaz.

Acción, ritmo, saltos a helicópteros en pleno vuelo, cuentas atrás de bombas que no estallan in extremis, malvadas organizaciones internacionales, servicios secretos, tramas de venganzas, valoración de la amistad, algún que otro guiño cómico... Todo ello ofrece —una vez más— esta nueva entrega (la vigésimo quinta para ser más exactos).

Cierto que Detective Conan no es anime de autor, pero tiene su público, y, sobre todo, un nivel de recaudación en taquilla que ya le ha asegurado a la saga cinco entregas cinematográficas más. Un nicho de mercado a explotar, y por lo que se ve con excelentes resultados.

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