Los críticos de La Voz analizan los filmes «El mediador», «Fire of love» y «Ali y Ava», que se estrenan este viernes
CULTURA

Tres películas bien diferentes llegan a las salas, un «thriller» ya clásico en el catálogo de Liam Neeson, un curioso documental sobre un matrimonio de vulcanólogos y una cinta británica de cine social
26 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los críticos de La Voz de Galicia analizan las películas «El mediador», «Fire of love» y «Ali y Ava», que se estrenan este viernes. Son tres trabajos bien diferentes de entre los que llegan a las salas esta semana -también está, claro, la tercera entrega de la saga de animación sobre el arqueólogo Tadeo Jones-: un «thriller» ya clásico en el catálogo de Liam Neeson, un curioso documental sobre un apasionado matrimonio de vulcanólogos y una cinta británica de cine social que narra una historia de amor entre personas de culturas muy distintas.

«El mediador», otra mala elección de Neeson
por Eduardo Galán Blanco
Entre los actores cara de piedra de la historia del cine —Charlton Heston, Victor Mature, Charles Bronson, Chuck Norris—, Liam Neeson está forjándose una buena condena con sobredosis de thrillers tipo «soy un agente maniático y cansado, pero ¡no toquéis a mi familia!». De eso va El mediador, nuevo horror protagonizado por el irlandés, ya septuagenario. Lejos quedan Michael Collins o La lista de Schindler y muy presentes se nos antojan cosas tan insufribles como El protector y El pasajero. «Hice malas elecciones en mi carrera», le escuchamos decir al personaje de Neeson y parece como si el intérprete hablara de su trayectoria cinematográfica.
El mediador es previsible y mediocre, en la línea de Un ladrón honesto, la anterior cinta en la que colaboraron director e intérprete. Es evidente la influencia de notables filmes conspiranoicos de los setenta —Los tres días del cóndor, El último testigo, La conversación—, pero con mal provecho. Neeson encarna a un agente del FBI en permanente misión especial que descubre las maniobras de su jefe y amigo del Vietnam, ocupado en ilegales asuntos de poder. No nos hagamos ilusiones, la amistad traicionada —tema excelso, por ejemplo, de Sam Peckinpah— aquí apenas tiene la complejidad de unas notas escritas en una servilleta.
También hay que aguantar el tópico de lo mal padre que fue el protagonista y cómo quiere recuperar el tiempo perdido. Y entonces, los malos ponen en peligro a las chicas del héroe —hija y nieta—, que entra en combustión espontánea. Tampoco en esto serán felices los fanáticos de la acción; a excepción de una ingeniosa secuencia de persecución con un camión de basura como excusa, el filme es, más bien, tirando a moroso. Y resulta triste ver a un Aidan Quinn barrigón, en plan desganado traidor chapucero. Sobresale, eso sí, Emmy Raver-Lampman, periodista entremetida que ayuda al protagonista.
«BLACK LIGHT»
Estados Unidos-Australia, 2022.
Director: Mark Williams.
Intérpretes: Liam Neeson, Aidan Quinn, Emmy Raver-Lampman, Taylor John Smith, Claire van der Boom, Tim Draxl, Yael Stone, Andrew Shaw.
Thriller. 104 minutos.

«Fire of love», pasión entre volcanes
por Sabela Pillado
Fire of love no es un mero documental sobre volcanes, ni una simple sucesión de impresionantes y sobrecogedoras imágenes. Es —ya su título lo anticipa— una historia de amor, o más bien la de un triángulo amoroso, el formado por una pareja de científicos y su —desmesurada— pasión por los volcanes.
Katia y Maurice Krafft fueron una pareja de vulcanólogos que en los años 70 y 80 (hasta su temprana muerte a inicios de los 90) se consagraron al estudio exhaustivo a lo largo y ancho del mundo de este fenómeno natural. Sus décadas de trabajo dejaron tras de sí una ingente cantidad de material filmado, fotos, libros, conferencias, escritos y reflexiones, que serán la base de este emotivo documental construido sobre esas imágenes de archivo, completadas a su vez con entrevistas dadas a los medios de la época (y en las que se constata su innegable carisma).
Las imágenes que los Krafft capturaban, estéticamente fascinantes y que por veces parecen sacadas (o rodadas) de una película de ciencia ficción, muestran a unos vulcanólogos con sensibilidad de verdaderos cineastas (sus encuadres, movimientos de cámara, comprensión del tempo cinematográfico). Con el montaje de estas imágenes y su cuidado guion, Sara Dosa, directora del documental, consigue una película que desde lo aparentemente sencillo tiende a lo épico, un filme con modos de película de Nouvelle Vague entrecruzado con las formas de un videoclip futurista y psicodélico, cuya insólita historia de amor ofrece un retrato llevado al límite del ser humano frente a la naturaleza, y la belleza de esta incluso en su faceta más destructiva y peligrosa.
Aventura, humor, amor, drama y grandiosidad visual, todo ello da Fire of love. No en vano sus protagonistas defienden, con sus propias palabras, que prefieren «una vida corta e intensa que larga y monótona». Ellos mismos se encargaron de cumplir este lema.
«FIRE OF LOVE»
Estados Unidos, 2022.
Dirección: Sara Dosa.
Guion: Shane Boris, Erin Casper, Jocelyne Chaput y Sara Dosa.
Música: Nicolas Godin.
Fotografía: Pablo Álvarez-Mesa.
Producción: Sandbox Films. Documental.
93 minutos.

«Ali y Ava», la música del amor
por Miguel Anxo Fernández
La autora del filme Ali y Ava pareciera devota de Ken Loach y esa cámara que entraba a degüello en el lado oscuro de la sociedad británica, la que convive de espaldas a esa otra, tópica y cool, vinculada a la Corona, a Westminster, a Downing Street, la City, Picadilly, Nothing Hill..., en fin, con Londres en su ombligo. Pero está la del currante, la del melting pot, la del día a día y sus claroscuros. Hablamos de cine, y esa tendencia a retratar un mundo sin glamur, resulta hoy muy agradecida, con claves plásticas que tiran de una fotografía sucia, en escenarios nada lucidos y sacando partido a esa luz plomiza. Ali y Ava no es otra historia de amor y ahí Clio Barnard hace plena diana por no dar más de lo mismo y sin renunciar al realismo social. Los protagonistas residen en una periferia urbana y será la música la que rompa su hielo personal.
Él, un apasionado del rap en particular, que se gana la vida como pequeño rentista y está sumido en un matrimonio a la deriva, camino del naufragio. Ella, primero separada de un maltratador y después viuda, con dos hijos ya emparejados, y un nieto para el que hace de canguro, con gusto por la música folk, graduada universitaria en su madurez y profesora infantil de apoyo. En torno a ellos, varios apéndices y trazos que son un retrato sin aspavientos ni pancartas, aunque, con sus notas y voces, la banda sonora recorra la trama con sutileza.
Asoma el racismo, la política extrema, la precariedad laboral, en fin, rasgos consonantes a esa variante del género dramático de cineastas como Loach, en ocasiones Frears, los belgas Dardenne, a veces nuestro Fernando León, con incursiones autorales de los actores Raúl Arévalo, Paco León, Daniel Guzmán y alguno más. El lenguaje corporal, las miradas de ambos protagonistas, redondean la jugada de un romance, un relato de amor tan sencillo como fascinante.
«ALI & AVA»
Gran Bretaña, 2021.
Directora: Clio Barnard.
Intérpretes: Adeel Akhtar, Claire Rushbrook, Ellora Torchia, Shaun Thomas, Natalie Gavin, Mona Goodwin, Krupa Pattani, Vinny Dhillon, Tasha Connor, Macy Shackleton.
Drama.
95 minutos.