
El músico granadico actúa el sábado en el Centro Cultural Marcos Valcárcel de Ourense
03 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Referente de la escena del rock andaluz y la fusión flamenca, Antonio Arco se encuentra ahora avanzando a cuentagotas los temas de su próximo álbum. Varios de ellos los interpretará este sábado en Ourense (Centro Cultural Marcos Valcárcel, 21.30 horas, 15 euros) dentro del ciclo Momentos Alhambra Acustiquísimos.
—¿Hemos llegado al punto de sentir felicidad por no encontrar a una persona en las redes sociales, como canta en «La pura admiración»?
—Justo antes de eso digo: «Me gusta tu gusto por la vida». Estoy en una fase de intentar desengancharme de todo eso. Mi mujer no tenía hasta hace poco redes sociales. Se tuvo que dar de alta para apoyarme en un concurso, y eso es una de las cosas que me parecían más atractivas de ella: que puede estar todo el día sin mirar el móvil. La puedes llamar 40 veces y le da lo mismo. Es toda una excepción hoy en día.
—También dice: «Me gusta saber que existes».
—Es una oda al amor sin reclamos, sin contraprestación. Estamos muy pendientes de exigir y que nos den. Pero el amor es mucho más que eso.
—¿Se siente moderno y «vintage» al mismo tiempo?
—Sí, estoy en esa época de mi vida en la que para muchos soy el moderno, algo así como la oveja negra de la familia que aún está ahí. Sin embargo, siento las nuevas generaciones que tienen un lenguaje diferente que me cuesta entenderlo. Y a mi niño de 12 años todo esto del trap le flipa. Soy antiguo para determinados lenguajes y maneras de ver la música. Hace poco estuve en un encuentro de artistas para componer. En un momento dado, pedí un lápiz y nadie tenía nada con qué escribir. Me decían que lo apuntase en el móvil. Y no, yo no sirvo para componer con el móvil.
—¿Por qué los artistas andaluces suelen estar tan conectados con la tierra?
—Mi productor me dice: «Tú hablas y sale flamenco». E incide: «Ve a la raíz». A veces me interesa el soul y otras cosas y él me insiste en ello. Estuve en el South by Southwest de Austin e hice un repertorio que no era de flamenco, sino que era un folk bastante americano. En una radio de Miami decían: «Nos encantó el flamenco de Arco». Y yo no había hecho ni un quejío, pero no se puede negar de dónde somos. Ni queremos negarlo tampoco.