Todos estos artistas lo hicieron antes de Shakira: antología del despecho musical latino
CULTURA
El rencor contra las exparejas ha nutrido el cancionero en castellano de las últimas décadas
16 ene 2023 . Actualizado a las 14:46 h.La música como catarsis para las rupturas dolorosas. Los estribillos como armas contra el amante que traicionó el pacto de la pareja. La canción como instrumento para decir la última palabra en las relaciones tormentosas. Mucho antes de que Shakira se aliara con Bizarrap para arremeter contra Gerard Piqué, otros artistas del ámbito latino hicieron lo mismo. Algunos incluso de una manera más demoledora. Estos son algunos de ellos.
Los Amaya: «Vete» (1978). A ritmo de rumba embellecida con acertados arreglos, los hermanos José y Delfín Amaya firmaron una carta de despedida para siempre. En ella cantan: «¡Vete! No quiero verte, ¡vete! / Con tus mentiras, ¡vete! Lejos de aquí».
Rocío Jurado: «Ese hombre» (1979). Circuló como la pólvora el jueves en las redes sociales. Normal, se trata de uno de los más gloriosos ajustes de cuentas de la historia de la canción española. Toda una catarata de desprecio hecha canción. «Es un gran necio, un estúpido engreído / egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso / inconsciente y presumido /falso, enano, rencoroso». Se trata de una composición del maestro Manuel Alejandro, que tal y como decía Rocío, a veces sabía mejor que ella lo que le ocurría. La incógnita es si aquí se refería a Pedro Carrasco.
Julio Iglesias: «Hey!» (1980). Recién divorciado de Isabel Presley, el cantante estrella de la música popular española mandó unos cuantos mensajes a su expareja. No contienen la rabia shakiriana, sino que se mueve por una elegante suavidad que, si cabe, hace aún más daño: «No vayas presumiendo por ahí, diciendo que no puedo estar sin ti, ¿Tú qué sabes de mí? / Ya sé que a ti te gusta presumir, decir a los amigos que sin ti ya no puedo vivir».
Pimpinela: «Olvídame y pega la vuelta» (1982). Explicaba Joaquín Galán en una entrevista en La Voz que en los conciertos de Pimpinela el público femenino se metía tanto en el papel que acababan por insultarlo, como si él le hubiera sido infiel a todas las mujeres del público. Ello es gracias a temas como este, un clásico de ese pop teatralizado de desencuentros amorosos, histrionismo sin freno y pasión desbordada. «Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa / ¡Y pega la vuelta!», cantado por Lucía es una de las bofetadas despechadas más grandes y míticas de la historia de la música hecha en castellano.
Alaska y Dinarama: «Cómo pudiste hacerme esto a mí» (1984). Traición, celos y venganza con aromas telenovelescos y grandiosos arreglos estilo Philadelphia. Carlos Berlanga y Nacho Canut en estado de ebullición plantearon una escena en la letra: «La calle desierta, la noche ideal / un coche sin luces no pudo esquivar / un golpe certero / y todo terminó entre ellos de repente». La pieza da el golpe de gracia con una Alaska cantó mejor que nunca con su pasión templada y sin desgarro: «No me arrepiento / volvería a hacerlo / son los celos».
La Mosca Tsé-Tsé: «Quemaré tus cartas» (1999). Desde Argentina llegó este himno de festiva musicalidad y letra liberadora de una relación a la que se le puso una línea clara de donde se sitúa cada uno: «Yo romperé tus fotos / Yo quemaré tus cartas / Para no verte más».
Los Planetas: «Pesadilla en el parque de atracciones» (2002). El grupo bandera del indie español se ha movido durante su trayectoria en los subidones y bajones de las relaciones sentimentales. Su cantante J siempre se ha sentido como pez en el agua en esa rabia. Aquí proyectó la ira de esta manera demoledora: «Que espero que acabes pegándote un tiro / Cuando veas lo imbécil que has sido/ Cuando veas que lo has hecho fatal».
Paquita la del Barrio: «Rata de dos patas» (2004). Un acto reflejo. Miles y miles de personas pensaron automáticamente en esta canción al escuchar el nuevo tema de Shakira, buscando algo que lo superase. Desde luego esta cantante mexicana no se anduvo con rodeos a la hora de pisar metafóricamente a su antiguo amante, el que la destrozó: «Rata inmunda, animal rastrero / escoria de la vida, adefesio mal hecho /Infrahumano, espectro del infierno / maldita sabandija, cuánto daño me has hecho».
Bad Bunny: «Yo perreo sola» (2020). Con esa neolengua creada en el trap y el reguetón que saca a tantos de quicio, el puertorriqueño creó un himno de reafirmación femenina en la que una mujer marca un punto y aparte para liberarse de la losa de su pareja: «Ante' tú me pichaba' / Ahora yo / Antes tú no quería' /Ahora yo no quiero».
Rosalía: «Despechá» (2022). Si los expertos en cultura pop hablaban estos dias del tema de Shakira como un fenómeno nunca visto hasta el momento, justo antes de él Rosalía generó otro fenómeno insólito (convertir en canción del verano un tema que aún no estaba editado) que tenía el despecho en su ADN. Aquí, superada la rabia y entregada al carácter hedonista y burlón, la catalana dice: «Y ando despechá, alocá'/ Que Dios me libre de volver a tu la'o».