Xavier Seoane, que fue albacea del pintor, defiende renovar la dirección de la institución
17 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Se va el poeta Xavier Seoane del patronato de la Fundación Luis Seoane de A Coruña. El que fue albacea testamentario del pintor —junto con el diseñador Xosé Díaz y el arquitecto Manuel Gallego, que continúan en el patronato—, y uno de los artífices del museo dedicado a preservar el legado entregado por la viuda de Seoane al Ayuntamiento coruñés, presentó su renuncia como patrono a finales de año, disconforme con el rumbo de la institución y movido por la «falta de recepción ante as críticas que, desde hai anos, desde unha postura de lealdade construtiva, se veñen realizando por parte de diversos membros do padroado, en función da súa responsabilidade cultural e cidadá».
En una carta fechada el 23 de diciembre y dirigida a la alcaldesa, Inés Rey, y a los ocho patronos restantes, el escritor apela al espíritu que presidió la donación y a la riqueza de los fondos, que exigen «un nivel de excelencia que non se produce coa actual dirección», y apunta al relevo de Silvia Longueira como única salida. «Só a convocatoria dun concurso público, aberto e democrático para a dirección pode dar lugar ao proceso de profesionalización e mellora da xestión que a institución demanda», considera.
Xavier Seoane detalla en su carta las carencias que arrastra el museo, materiales y de programa, pero «de modo acusado» pone en evidencia «o atraso inxustificable na elaboración do catálogo razoado e o proxecto de musealización», cuando se cumplen veinte años de la apertura en un cuartel rehabilitado en la Ciudad Alta coruñesa. «É evidente que unha restrición orzamentaria mellorable limita os seus acometidos básicos e mesmo contradí o espírito co que a doazón foi realizada pola súa legataria», añade el expatrono, que así y todo sitúa «os problemas máis graves» en el ámbito «da filosofía, do proxecto e da xestión», además de la conservación de la obra como consecuencia del «estado precario de certas partes do edificio».
En marzo de 1996, el gobierno coruñés encabezado por Francisco Vázquez recibió de Maruxa Fernández López, viuda de Luis Seoane, un fondo artístico y documental valorado entonces en más de mil millones de pesetas. Contenía 230 óleos, un millar largo de dibujos, tintas, pasteles, témperas, grabados y estarcidos, más de 3.000 cartas, revistas y objetos personales de un hombre que vivió contemplando Galicia e hizo de su vida y su trabajo una «protesta constante contra os sistemas», y de cuya obra, mediada por las vanguardias, escribió Isaac Díaz Pardo: «Nada hai máis moderno, como non sexan parvadas».
A este «paradigma do máis moderno e universal da cultura galega» se refiere Xavier Seoane para apremiar al gobierno coruñés a «non deixar esmorecer na atonía e na irrelevancia tan significativo continente cultural». El legado del artista, sostiene, goza de unas posibilidades «que están sendo desaproveitadas a nivel local, estatal e internacional (...) cando múltiples cidades se esforzan por crear un tecido artístico atraente e expansivo, dada a transcendencia da cultura nas sociedades contemporáneas».
El poeta advierte que «o espírito que presidiu a filosofía da fundación desde o seu nacemento non está sendo cumprido nas actuais circunstancias», declinando a «unha institución de escasa creatividade e menor transcendencia».