«Es la hora del español, con todas sus voces, sus giros, matices, acentos, riqueza y diversidad», celebra Felipe VI en la apertura del noveno Congreso de la Lengua, que acoge Cádiz con Vargas Llosa como gran ausente
27 mar 2023 . Actualizado a las 23:02 h.Con un solemne acto celebrado en el Teatro Falla de Cádiz, los reyes inauguraron este lunes el noveno Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). La ciudad andaluza se convertía así en la capital mestiza y global de la lengua española que entra en la era de la inteligencia artificial, en el futuro, orgullosa de su variedad y su mezcla. Más de trescientos expertos de múltiples disciplinas analizarán durante cuatro jornadas los desafíos de un idioma milenario que comparten hoy casi 600 millones de hablantes nativos en el mundo.
«El español, desde sus orígenes, es una lengua mestiza, y este mestizaje trasciende a la convivencia social, a la enseñanza, y a todo el mundo cultural, literario, artístico, de las infraestructuras, de la arquitectura, la medicina o el derecho; y lo hace en todas las naciones que lo hablan, que lo hablamos», dijo Felipe VI en la jornada inaugural de CILE en la que el premio Nobel Mario Vargas Llosa, que optó por permanecer en Perú en lugar de viajar a Andalucía, fue el gran ausente.
«Si tenemos esa potencia, esa fortaleza, si ante nosotros se está abriendo un horizonte nuevo para la humanidad, tenemos la oportunidad de que nuestra lengua además de universal -y más trascendente quizás ahora en estos tiempos-, sea cada vez más global», dijo el rey. «La lengua es uno de nuestros grandes patrimonios que tenemos que preservar, cuidar e impulsar. A través de la lengua transmitimos nuestras ideas, recibimos opiniones, hacemos llegar nuestros sentimientos y nuestros afectos. Creamos cultura», agregó don Felipe.
«Esta es la hora del español, con todas sus voces, sus giros y matices, con todos sus acentos, con toda su riqueza y diversidad. No dejemos pasar la oportunidad que la historia nos pone por delante. El siglo XXI debe ser el siglo del español. Hagámoslo posible», reclamó el monarca. Destacó que el español es el segundo idioma más hablado del mundo, que en el 2100 lo hablará el 6,3% de la población mundial y que América puede cruzarse sin cambiar de idioma.
«La lengua nos une ahora y, por tanto, es un proyecto de futuro para el mañana. Tenemos que saber aprovechar el momento», dijo. «Esperamos escuchar aquí, en Cádiz, las bellas palabras provenientes del náhuatl, el quechua, el quiché, el guaraní y de otras lenguas amerindias», concluyó don Felipe.
El mestizaje, el multilingüismo, las lenguas originarias de América, la hibridación del español y el inglés o la lengua y la inteligencia artificial son algunos de los asuntos de la agenda del congreso abordados ya en la jornada inaugural.
Sólida y extensa
«La lengua española es tan sólida y extensa que puede aspirar a mantener el adjetivo materna junto a la realidad en las corrientes de la globalización», dijo Luis García Montero, que evocó a Alberti, a Francisco Ayala y a Lola Flores. «Una lengua que mantiene a lo largo del tiempo y respeta los matices de sus millones de hablantes y sus muchos anchos, pero nunca ajenos, es un buen punto de referencia para plantearnos de qué materia están hechos los sueños, las realidades que llevan nuestro nombre». «La lucha no se negocia», concluyó el director del Cervantes tomado el lema del Cádiz Club de Fútbol al hablar de mestizaje.
Para el director de la Real Academia Española (RAE) y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), Santiago Muñoz Machado, «el mestizaje fue consecuencia de la convivencia y la absorción. La valoración dominante de los expertos estima que las relaciones interculturales hicieron surgir mejores comunidades para organizarse y ser felices», dijo.
Refrendó el papel de la lengua como transmisora de palabras nuevas e ideas rompedoras y originales, («ciudadanía», «pueblos libres»), y destacó que posibilitara la difusión de derechos que han contribuido a erigir sociedades más avanzadas, más justas y más modernas. «La lengua de la libertad siempre ha viajado entre las dos orillas del Atlántico. Preservar su unidad y mantenerla lejos de los que pretenden arrebatar al pueblo sus derechos sobre ella es uno de nuestros objetivos».
«La lengua es mi patria, es una lengua sin fronteras que nadie puede quitarme y de la que nadie puede desterrarme, dijo el escritor académico y premio Cervantes nicaragüense Sergio Ramírez, privado de su nacionalidad por Daniel Ortega. «Los tiranos creen suya la capacidad de hacerte desaparecer -denunció- pero desde la lengua no hay exilio posible».
La también escritora y académica de la RAE Soledad Puértolas se remontó al Diccionario de Autoridades para recorrer la evolución de la palabra mestizo y señalar que es la raíz de nuestra relación con América. «Cuando se habla de mestizaje se habla de riqueza para la sociedad. Es la mezcla donde nos reconocemos y está nuestra identidad. La lengua es el espejo de lo que somos y queremos ser», concluyó.
«Estén al liquindoi y aprovechen la collá antes de guasnajarse»
El alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, fue el encargado de dar una peculiar y calurosa bienvenida a su ciudad a todos los asistentes al Congreso de la Lengua Española. Y lo hizo tirando del peculiar habla de sus gentes. «Estén al liquindoi [atentos], aprovechen la collá [ocasión] y la conviá [invitación], disfruten del tangai [jaleo] para que cuando les toque guasnajarse [irse] puedan decir con tranquilidad y orgullo que este congreso ha sido un bastinazo [un acontecimiento, una pasada]», dijo el alcalde celebrando el gracejo popular gaditano y su más que singular lenguaje. «Hablamos con música, nombramos con historia, pronunciamos con rapidez y, sobre todo, nos reconocemos en las palabras que nos conectan con los pueblos americanos, con la civilización maya, con los gitanos o con el árabe», dijo el primer edil de la milenaria ciudad andaluza.
El alcalde se mostró «muy contento» por albergar el congreso de la lengua a pesar de las dificultades y aseguró que Cádiz acoge a los participantes «con ganas, ilusión, alegría y la hospitalidad afinada, como ha ocurrido siempre a lo largo de su historia». «Si tienen la oportunidad de recorrer y perderse por sus calles, lo comprobarán», invitó el primer edil a los más de 300 congresistas participantes celebrando «la luz distinta, especial, única de Cádiz». «Una luz -dijo- que alimenta los contrastes y las perspectivas, que se refleja en el mar donde se pierde nuestra orilla abriéndose a nuevas realidades, nuevos mundos, nuevas influencias, ese pozo de encuentros, de idas y vueltas que está en la esencia misma de nuestra identidad como ciudad». «Desde esa mirada diversa, es un honor inmenso acoger para Cádiz el noveno Congreso Internacional de la Lengua Española, lo cual no ha sido fácil; una tarea a contrarreloj para que esto hoy y aquí sea posible» concluyó.
La escritora Elvira Lindo, hija predilecta de la ciudad, evocó su infancia gaditana «en el rompeolas del humor de todas las españas, en el templo laico de la cultura popular», que a su juicio es el teatro Falla, la catedral laica de las chirigotas y el carnaval gaditano.