O Son do Camiño comenzó con el público entregado desde el concierto inicial
16 jun 2023 . Actualizado a las 16:33 h.¿Quién dijo que había que reservar fuerzas para aguantar doce horas diarias de bailar, saltar y cantar durante tres jornadas? Nadie. Porque desde que la viguesa Sila Lua prendió la mecha de la cuarta edición de O Son do Camiño no hubo festivalero que escatimase energía. La temperatura se fue elevando conforme avanzaba la tarde y el recinto iba llenándose, esta vez, además, con la ventaja que no había que desplazarse para seguir las actuaciones que se sucedían con mínimas transiciones en un doble escenario ante el anfiteatro. Ya habían transcurrido casi siete horas de música y de poner a prueba la garganta coreando temas de todos los estilos cuando se subió Leiva al escenario para convertir por momentos a los festivaleros en un coro de miles de personas para acompañarle en letras de sus éxitos. Desde ese inicial «Te quiero con indecisión» de Sincericidio a Lobos, y algunos de los temas de su época con Pereza, que dejó para la parte final de su más de una hora sobre el escenario. «Gracias por vuestras bonitas voces», llegó a asegurar ya antes de que el auditorio se convirtiese en una única voz para interpretar Estrella polar, Princesas, Como si fueras a morir mañana y Lady Madrid, con la que puso el broche.
El público no solo demostró con Leiva que sabía coger bien el tono. Ya lo había dejado patente con creces con anterioridad llegando a otro de sus momentos álgidos con el americano de origen puertorriqueño Eladio Carrión, «a full, a fuego» desde el principio «para que nos escuchen en Puerto Rico». Y, si se mide por sus ganas y las del público, el reto estaba conseguido. Era uno de los nombres más esperados por los festivaleros más jóvenes y puso el listón alto a ritmo de reguetón para lo que restaba de noche, en la también quedaba por actuar Bizarrap.
«¿Estáis preparados o no?», preguntó el argentino. El Biza lo estaba. Sin duda. Si Leiva agitó al público e hizo que se abrazara para corear unas canciones que ya son icónicas del pop español, el productor latinoamericano disparó la temperatura en un Monte do Gozo que levantó sus brazos rendido. No era para menos. La suya fue seguramente la mejor actuación de la primera jornada y la que, además, congregó al mayor número de público. Ataviado de su arquetípica gorra negra y de sus gafas de sol, detrás de la mesa dio una exhibición con la que demostró porqué Shakira lo eligió para esa visceral sesión 53.
Sus colaboraciones con Duki, Arcángel y Tiago llevaron al éxtasis a un público entregado, que terminó de rendirse al que seguramente sea uno de los mayores talentos de la música latina. Quedó claro cuando la gente no quiso moverse hasta que llegó el vol. 52, que ha logrado que la voz de Quevedo resuene por todo el mundo y que, de paso, Bizarrap estuviera este jueves en Santiago. Gritando «quédate, que la noche sin ti duele» el público se despidió del argentino, que agradeció al público que lo arropase como hizo. Con una bandera gallega dijo adiós al Monte do Gozo. Así cerró una auténtica exhibición de como se pincha, mezcla y se reparte juego. La primera de este Son do Camiño.
El arranque
Los primeros saltos a pie de escenario ya llegaron con la banda de Muros The Rapants, que contagió su buen rollo a esos festivaleros dispuestos a exprimir la experiencia. Tomó el testigo Mavica antes de otro de esos momentos de comunión entre el público y los artistas. Lo protagonizaron los asturianos Marlon. Con Adri, Juan y Jorge sobre las tablas fueron muchos los que demostraron que no solo se sabían las letras de los temas de los cabezas de cartel de esta edición del festival. Se evidenció con «De perreo». Y el ambiente ya terminó de caldearse con la rapera dominicana Tokischa acompañada por un elenco de bailarines y bailarinas. Cuando sonaba su tema Ser perra está de moda, el anfiteatro ya estaba casi a un tercio de su ocupación. La artista concluyó entre el público.
Después llegó un nuevo giro en este ecléctico programa. Así a la banda indide Alt-J le tocó mantener el listón alto. Fue antes de que Viva Suecia buscase la implicación del público. Junto a él acabó Rafa Val, su cantante, la actuación. Después, todo el grupo estuvo saltando sobre el escenario una vez que concluyeron.
A Nervo y Steve Angello le estaba encomendada la tarea de poner el broche a esta intensa primera jornada.