Juan Durán: «Quiero reafirmar que existe una música clásica gallega»

hugo álvarez domínguez

CULTURA

El compositor Juan Durán.
El compositor Juan Durán. ANA GARCÍA

Su cantata «Terra» se sumó al 40 aniversario del Consello da Cultura

25 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Durán (Vigo, 1960) figura clave de la composición gallega, encadena estrenos. Este viernes, en el Palacio de la Ópera de A Coruña, presentó en la temporada de la OSG su cantata Terra, encargo para celebrar el 40 aniversario del Consello da Cultura Galega y en diciembre estrena Oca, ópera infantil, con Amigos de la Ópera. Además, acaba de componer una zarzuela sobre Luces de bohemia, de Valle-Inclán.

—En su obra equilibra la tradición gallega y su culturalización desde lo sinfónico.

—Busco poner en valor el patrimonio musical gallego. Aplico el oficio compositivo para darle una presencia sonora distinta de los originales pero complementaria. Quiero reafirmar que existe una música clásica gallega. El público identifica lo gallego con el folklore, especialmente con el fusionado al jazz o el pop y esta identificación no ayuda al conocimiento de nuestro patrimonio. Quizá las instituciones han descuidado la música clásica gallega. Me gustaría estar en la línea del Rexurdimento, que se inicia con Marcial del Adalid y sigue con Montes, Chané, Baldomir...: es a lo que me siento más cercano. Aplico mis conocimientos académicos para contribuir a que haya un conocimiento y un respeto por la música clásica gallega, que existió y existe.

—Cultiva la música vocal, ¿qué significa en su producción?

—Mis padres se conocieron haciendo zarzuela y, a nivel de piel, la voz es algo con lo que me crie. Yo soy un cantante frustrado: como no canto, escribo para la voz; porque es el instrumento que mejor conozco. Me siento muy cómodo en la música vocal, es parte de mi propia naturaleza.

—Ahora estrena la cantata «Terra», sobre textos de Ramón Cabanillas.

—Cabanillas era el poeta de la raza y cultivaba un nacionalismo muy romántico donde conviven el lirismo poético con una parte reivindicativa y una parte trágica. En Terra combino estos aspectos en tres cantos. En Camiño longo abordo el sentimiento tan gallego de pesadumbre y melancolía; el segundo canto, Terra de Breogán, es un himno dedicado a los precursores de nuestra cultura; y el tercer canto, En pé, más reivindicativo. Es un fresco sonoro de 40 minutos, mi cantata más larga y ambiciosa, donde recreo estos tres ambientes con un trasfondo dramático y escénico del que no puedo desligarme. Casi como una pequeña ópera. Está en las mejores manos. Javier Franco es un orgullo para Galicia, uno de los mejores barítonos españoles de hoy, y un artista siempre generoso conmigo. Con Víctor Pablo tengo una relación de más de 30 años: dirigió más de 10 obras mías, nos conocemos bien y sabe perfectamente cómo abordar mi música. Y la OSG es como un Ferrari, un privilegio para cualquier compositor.

—Y en diciembre la ópera infantil «Oca».

—Una ópera con niños y para niños. Está destinada a niños pero es como las películas de Pixar: puede llegar también a adultos que encuentren cuestiones de interés. Soy sensible a la frustración que experimentaron muchos niños al escapar de la música clásica, porque no planteamos bien ciertas cosas. ¿Es La flauta mágica para niños por un par de arias simpáticas de Papageno? En absoluto. Quise hacer una ópera escrita para voces blancas de 8 a 12 años. Quizá me acusen de estar más cercano a un musical que a una ópera: trato de evitar las partes dramáticas, sin dolor, drama, ni tragedia. Busco luminosidad. Partimos de un cuento: la libretista, Gloria Rico, tomó el juego de la oca para enfocarlo como un viaje iniciático, de la salida a la llegada al jardín, con pasos intermedios donde los niños aprendan jugando. Puede funcionar muy bien.

—¿Qué expectativas tiene al poner música a «Luces de bohemia»?

—Al leer la obra de joven apenas la entendí; pero al releerla el pasado verano, por sugerencia de José Luis Méndez Romeu, me di cuenta de que era puro género chico. Le propuse a José Luis, gran experto en Valle, hacer una adaptación del texto con la premisa de no tocar el original: redujimos escenas, personajes y diálogos. Hay 12 escenas divididas en dos actos. Trabajé a piano para que naciera de manera natural, desde el piano y el canto. A veces siento que en la ópera últimamente se pone más el acento en lo orquestal que en la vocalidad. En la obra hay referencias a la tradición española: chotis, pasodoble, habanera... La subtitulé esperpento lírico porque actualizo toda esa tradición, a modo de esperpento. Es un reto y parto de un texto muy musicable por su calidad. Víctor Pablo o José Miguel Pérez-Sierra la han bendecido. Falta ver la opción de que la obra pueda estrenarse en el Teatro de la Zarzuela. En el 2024 se cumplen 100 años de la primera publicación de la obra: quizá sea buen momento.

—Sus arreglos de música gallega se escuchan más allá de nuestras fronteras.

—Es satisfacción enorme de la que todos deberíamos estar orgullosos. Humildemente, creo que Elina Garanca o Cristina Gallardo-Domâs no hubieran cantado los originales de estas canciones. Los cantan porque mis arreglos incorporan un fondo orquestal muy rico y la voz está tratada en tesitura adecuada, con línea adecuada; quizá con algún efecto para lucimiento de la voz... El material de origen era bueno, mi aportación como arreglista está bien y es un camino transitable que interesa a los cantantes.

—¿Qué recuerdo querría dejar?

—Si en unos años se me recuerda que sea como un trabajador, alguien que ama la música y que contribuyó a mejorar y ampliar nuestro patrimonio musical. Adoro componer y entiendo la composición en el sentido más semántico del término. Pero tengo tanto respeto por los clásicos que quizá nadie me recuerde en unos años. Hay tantos compositores brillantes de los que sobreviven pocas obras en el repertorio que no sé si puedo aspirar a ser recordado.