Los problemas de acústica puntuales que provocó el nordés no empañan un exitoso balance del festival; la organización cifra en 23 millones de euros el retorno económico directo
03 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Caras felices, las que lucían las decenas de miles de jóvenes —y no tan jóvenes— que acudieron a gozar de O Son do Camiño. Agotados pero felices cuando en la madrugada de este domingo —concluida esta quinta edición— abandonaban el recinto. Tan felices y extenuados como los promotores, cuya valoración no puede ser más satisfactoria. Kin Martínez, director de la firma Esmerarte —que organiza el macrofestival junto a la empresa Bring the Noise, que lidera Iván Méndez— celebraba la conclusión de un fin de semana sin incidencia alguna y de disfrute total que ni siquiera empañan ese tozudo nordés y los problemas de acústica puntuales que provocó.
«El primer día el viento fue muy fuerte, los otros dos aflojó sensiblemente. El aire, que se movía contra el escenario, dispersaba un poco el sonido. Se notó más quizá en el concierto de Green Day. Pero, claro, frente a eso no puede hacerse nada», admite no sin cierto humor. Solo vale paciencia. Porque el frío, que arreciaba tras la puesta de sol, se podía combatir con una buena sudadera.
Lo que verdaderamente elogian ambos es la forma en que el público vivió la música, todo tipo de música, con un sentido harmónico de la convivencia y la fiesta. «Mover 43.000 personas cada día es un reto, y hemos visto cómo todo se ha resuelto con fluidez, en el funcionamiento de buses, accesos, entradas...».
Algo ha contribuido el buen rollo reinante. Que, según Méndez, pivota alrededor del modelo que defienden. Un modelo que evita el festival de nicho, especializado, y que se fundamenta en el eclecticismo en la programación. «Es difícil encontrar un evento masivo como este al que puedan ir los padres y los hijos, unos a ver a Pet Shop Boys y otros, a Myke Towers. Y eso lo tenemos clarísimo. Nos gusta y buscamos construir O Son do Camiño como experiencia social, unión intergeneracional, como gran punto de encuentro musical de la temporada. Eso no va a cambiar. Porque, además, tenemos la respuesta brutal del público, toda su confianza. El año pasado vendimos todas las entradas en una hora sin que se conociese el cartel, y este repetimos el éxito solo con anunciar a Green Day».
O Son do Camiño, corrobora Martínez, es una marca consolidada, también en el ámbito nacional. «Se sitúa entre las siete más importantes del país por capacidad de convocatoria —insiste—. Y está el impacto de negocio, especialmente en Santiago, donde solo había que ver estos días los bares y restaurantes llenos de clientes llevando las pulseras que dan acceso al recinto». Ellos, dicen, han hecho sus cuentas y calculan un retorno económico directo inmediato por importe global de 23 millones de euros, cantidad a la que suman otros 30 millones de retorno publicitario por el impacto de la marca, según las mediciones de una consultora externa.
Green Day, Pet Shop Boys
Y menciona el hecho de que Green Day haya realizado en el Monto do Gozo —el miércoles, en las vísperas de su actuación— el ensayo general de la gira, que arrancó en Santiago; la retransmisión en directo en TVE del concierto de Pet Shop Boys o que Jared Leto hubiese subido a sus redes desde el Empire State la cita compostelana.
Para quienes les reprochan una escasa presencia de artistas gallegos en el cartel, Martínez explica que la organización no trabaja con cuotas y asegura que permanecen muy atentos a las cosechas artísticas de la comunidad. «O Son do Camiño apuesta por el talento, sea de donde sea, nos gusta ayudar a artistas en crecimiento», subraya para mencionar a Baiuca, Carlos Ares y Amoebo, y recordar que programaron en otra edición a The Rapants cuando no tenían el grado de conocimiento de ahora.
En cuanto a raíces, tercia Méndez, el festival está en manos de promotores gallegos, emplea a más de mil personas de Galicia, se surte de proveedores gallegos... Esto demuestra, dice, que «se puede hacer un evento a nivel internacional enteramente desde aquí, lo que confirma que la industria musical y cultural de Galicia tiene profesionales de primer orden», ensalza.