La odisea de comprar una entrada para un concierto en el año 2024

Javier Becerra
JAVIER BECERRA REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Fans de Taylor Swift accediendo a su concierto de Madrid.
Fans de Taylor Swift accediendo a su concierto de Madrid. Gabriel Luengas

Las preventas y los precios dinámicos generan constantes quejas en los usuarios que muchas veces se ven abocados a las webs de reventa

23 jun 2024 . Actualizado a las 09:13 h.

Ocurre cada vez que se anuncia un gran concierto. De pronto, adquirir una entrada se convierte en una suerte de carrera de obstáculos para el consumidor. Una travesía virtual donde se pagan precios cada vez más altos y donde muchas veces existe una sensación de inseguridad que, según las organizaciones de consumidores, esconde abusos. Esta semana, con la salida a la venta de los dos recitales que ofrecerá Paul McCartney en Madrid, volvió a desplegarse todo este sistema. Estas son algunas de las notas.

PREVENTAS

Desde hace unos años, antes de la venta general se establece una preventa. Confunde al consumidor. La tendencia resulta cada vez más enrevesada. Para el recital de Paul McCartney ha habido tres. Una, el martes en la que había que tener un código que le llegaba a los apuntados a lista de correo del artista. Otra, el miércoles para clientes de una entidad bancaria donde solo se podía pagar con su tarjeta y adquirir dos localidades en lugar de seis como en las otras. Y una final el jueves, de la propia promotora del recital, Live Nation, solo para registrados en su web. El viernes tocaba la venta general con lo sobrante. Muchos usuarios se pasaron cuatro mañanas seguidas intentando adquirir su entrada.

DESBLOQUEO DE ENTRADAS

En esas preventas no se especifica cuántas entradas se ponen a la venta de cada vez, ni cuáles. Al principio se agotan, pero los veteranos en estas compras avisan: hay que estar pendientes en las horas siguientes, por si se desbloquean algunas. No es la primera vez que, después de anunciarse un sold-out, aparecen nuevos tiques. Lo que obliga a estar más tiempo pendiente de la pantalla.

COLA VIRTUAL

Otro aspecto polémico aparece con el sistema empleado para regular el orden de la venta y cómo este filtra o no los bots automatizados. En la venta de McCartney de esta semana hubo personas que accedieron al inicio de la venta y se encontraron con hasta 140.000 supuestas personas delante. Los habituados a estos sistemas usan varios dispositivos y se organizan en grupo para multiplicar las opciones. En la gira europea Taylor Swift se crearon verdaderos ejércitos de fans coordinados para ello.

SUBIDA DE PRECIOS

A finales del año pasado la empresa líder de venta de entradas en el mundo, Ticketmaster, confirmó en el 2023 que la música en directo había experimentado un incremento del 37 % en el precio de las entradas de un año para otro. No influyó en las ventas, que tuvieron un crecimiento de un 48 % según este informe. En Galicia se nota la alza claramente. Ejemplos próximos: Maná costará de 60 a 110 euros; Luis Miguel de 80 a 514; Juan Luis Guerra, de 50 a 160; Ed Sheeran (junto a otros cuatro artistas en el Gozo Fest), de 95 a 136.

TARIFAS DINÁMICAS

Esta es una novedad reciente. Algunas localidades se venden con precios más altos en función de la demanda, como los hoteles y aviones. Por ejemplo, el martes para el recital de Paul McCartney se despachaban en esta modalidad (denominada platinum) por 521 euros algunas localidades en zonas donde costaban 145, sin que exista ninguna característica especial para ello. La promotora argumenta que se trata de las más solicitadas y que las ponen a la venta así con el objetivo de «ofrecer a los fans un acceso justo y seguro a las localidades más demandadas que además son las más proclives a ofrecerse en el mercado secundario». Es decir, cobran entre tres y cuatro veces más para que supuestamente el usuario no tenga que ir a buscarlas a la reventa aún más caras. Dejan claro que «no incluyen ningún servicio o producto adicional como sí lo hacen las entradas tipo paquete VIP». Facua ha denunciado esta situación recientemente con el concierto de AC/DC en Sevilla.

ENTRADAS VIP

En el pasado los tiques para un concierto de rock costaban lo mismo a todos los asistentes y las primeras filas eran para quien llegaba antes. Ahora los recintos se segmentan. Quien quiera estar delante tiene que pagar más, maximizando así el beneficio para los organizadores. El caso más extremo llega con las entradas VIP. Dan acceso a privilegios (mejor visibilidad, acceso prioritario, objetos de regalo, bebidas, sesiones dj...) y pueden alcanzar precios no vistos hasta hace apenas un lustro. El año pasado se pudo ver un ejemplo en Vigo con el recital de Guns n' Roses. Había entradas VIP a 1.156 euros.

PLUS DE PASILLO

En algunos recitales se señalan las localidades situadas al lado del pasillo como más caras. Además, se tienen que comprar dos juntas para que no quede un espacio libre.

GASTOS DE GESTIÓN

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) pide que tengan un límite legal y que los asuma la promotora. La situación actual no es así: por una entrada de 165 euros pueden cobrarse 22 de gastos de gestión, que los debe abonar el cliente. En algunos casos, además, este se entera de ello al final de la transacción, sin que quede claro por adelantado.

REVENTAS

En las webs de reventa aparecen entradas a un precio muy superior a los pocos minutos de iniciarse la venta. A veces, incluso antes de la misma. Por ejemplo, esta semana cuando apenas se había despachado la primera tanda en la preventa de Paul McCartney el martes, ya aparecían a los pocos minutos en la web Viagogo algunas de esas entradas a precios que podían superar los 900 por cada una. En una carta de octubre del 2023 remitida al Ministerio de Consumo, la OCU reclamaba una normativa para estas webs de reventa, limitando el incremento al 20 % y evitando el habitual desvío de miles de entradas de las webs oficiales al mercado secundario.

VISIBILIDAD REDUCIDA

En muchos espectáculos se despachan entradas con visión parcial del escenario, advirtiéndolo previamente. En el caso de Taylor Swift este año se vendieron localidades situadas tras el escenario.

BRECHA DIGITAL

Esta situación hace casi imposible que una persona no familiarizada con el uso de Internet pueda comprar una entrada actualmente. Pero incluso usando medios digitales habitualmente, muchos usuarios se quejan de lo enrevesado del sistema y la desorientación que genera.