Lola López Mondéjar, premio Anagrama de ensayo alertando sobre la pérdida de narratividad y la capacidad de relatar
CULTURA
«Nuestros mediadores son ahora youtubers y tiktokers, que nos enseñan a ser meros consumidores», lamenta la filósofa murciana
07 oct 2024 . Actualizado a las 22:29 h.La escritora y filósofa murciana Lola López Mondéjar ganó este lunes la 52.ª edición el premio Anagrama de ensayo, dotado con 10.000 euros, con la obra Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad. Se imponía así entre las 167 propuestas presentadas. Al observar al individuo posmoderno, la autora llega a la conclusión que «de todas las transformaciones que sufre, una de las más relevantes es su pérdida de narratividad, la dificultad cada vez más agudizada para contarse a sí mismo y elaborar un relato». Y además, pese a ser una afectación muy común, este mal está más extendido entre los nacidos en la era digital.
Entre la filosofía, la sociología y el psicoanálisis, y a partir del análisis de los nuevos fenómenos culturales, el cine y la literatura, Lola López Mondéjar (Molina de Segura, 1958) despliega una cartografía de esta jibarización de la capacidad narrativa. En su estudio, observa que se trata de «una atrofia asociada no solo a la dificultad para poner en palabras el pensamiento, sino a un déficit del pensamiento mismo y de la imaginación».
En el capitalismo de la atención, donde está siempre rodeado de estímulos, el ciudadano parece abocado, según afirma López Mondéjar, a convertirse en un «yo mínimo, sin apenas autoconciencia y, paradójicamente, desatento, incapaz de comprender al otro». Esa incapacidad de trasladar al lenguaje nuestras experiencias, añade, «nos vacía de ellas, nos uniformiza y nos convierte en analfabetos afectivos».
Desde la industrialización, la aceleración que se produjo con la Segunda Guerra Mundial y la digitalización, «se ha generado un proceso que nos ha convertido en una individualidad sin sujeto y ha atrofiado nuestra capacidad de dialogar». Otro resultado que advierte es que las personas se entregan a repetir eslóganes sociales sin saber lo que realmente dicen, porque «nuestros mediadores son ahora youtubers y tiktokers, que nos enseñan a ser meros consumidores».