Paul Pfeiffer indaga en las imágenes que conforman la percepción del mundo

Héctor J. Porto BILBAO / LA VOZ

CULTURA

Paul Pfeiffer explica su trabajo sobre imágenes tomadas del archivo de la NBA, en que elimina digitalmente jugadores y elementos como la canasta para centrar su mirada en el atleta en posturas que acrecientan su descontextualización y lo acercan a la figura del mártir religioso, explorando los paralelismos entre la afición al deporte y el culto al héroe.
Paul Pfeiffer explica su trabajo sobre imágenes tomadas del archivo de la NBA, en que elimina digitalmente jugadores y elementos como la canasta para centrar su mirada en el atleta en posturas que acrecientan su descontextualización y lo acercan a la figura del mártir religioso, explorando los paralelismos entre la afición al deporte y el culto al héroe. Miguel Toña | Efe

El museo Guggenheim de Bilbao abre este viernes una exposición del artista hawaiano, referente en la videoinstalación, que explora los mecanismos de poder ocultos tras los espectáculos de masas

30 nov 2024 . Actualizado a las 00:37 h.

«Si bien me siento atraído por el uso de imágenes que son universalmente familiares, como las de Michael Jackson o las de héroes del deporte, mi interés principal no son las personalidades famosas en sí, sino el aura que las rodea. Busco maneras de intensificar esa aura, de traerla al primer plano y convertirla en el punto focal de la imagen. Todos los métodos que utilizo en mi trabajo para alterar las figuras (borrar, refractar, reflejar, repetir en bucle, etcétera) tienen esa intención». Quien habla es Paul Pfeiffer (Honolulú, Hawái, 1966), pionero y referente mundial de la vídeo instalación que protagoniza la exposición Prólogo a la historia del nacimiento de la libertad, que el museo Guggenheim de Bilbao inaugura este viernes con el patrocinio de BBK.

Una de las obras que ejemplifican esta afirmación es precisamente la pieza audiovisual de la serie Maldad en directo en la que manipula unos frames de una grabación de un concierto de Jackson en la que el cantante se funde con su reflejo mientras baila conformando la silueta de una especie de grácil mariposa que, en su brillo evanescente, diluye toda corporeidad humana. La escala apenas milimétrica de la pantalla contribuye a ese extrañamiento. También desviste de individualidad a las estrellas de la NBA en la obra Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que rescata fotografías del archivo de la competición para eliminar logos, diversos elementos de la cancha y otros rastros de identidad para congelar la figura anónima del jugador en una postura absurda y subrayar esa condición de atleta cercana a la del mártir religioso, al tiempo que pone de relieve los paralelismos entre la afición al deporte y el culto al héroe.

Conjunto escultórico sobre el cantante Justin Bieber, como ídolo pop, reconvertido en una encarnación contemporánea de Jesucristo.
Conjunto escultórico sobre el cantante Justin Bieber, como ídolo pop, reconvertido en una encarnación contemporánea de Jesucristo. H. J. Porto

«Veo el estadio como una de las tipologías arquitectónicas más antiguas de la tradición constructiva occidental. Para mí es una forma de analizar los acontecimientos de masas a través de los tiempos, desde la Antigüedad clásica griega hasta el presente y de cara al futuro. También considero el estadio como reflejo del entorno social más amplio. Todas las condiciones que influyen en la experiencia del público en un estadio también están presentes en la vida cotidiana fuera de él», ahonda el creador estadounidense. Pfeiffer emplea el arte como indagación en las imágenes que conforman la percepción del mundo, explorando los mecanismos de poder y control que se ocultan tras los espectáculos de masas, «un aparato que diseña y construye los mitos contemporáneos y que —arguye Clara Kim, comisaria del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y responsable del proyecto— da forma a nuestra identidad y a nosotros mismos». La muestra pone en juego los vectores del arte, la religión, la nacionalidad, las ideologías que confluyen en el campo de deportes y en el auditorio musical como espacios que contribuyen a configurar el cuerpo político, sin obviar las concomitancias que presentan como eventual escenario de mítines (con un funcionamiento además muy similar).

Las intervenciones de Pfeiffer se mueven entre la apropiación y la manipulación —sus 25 años de trayectoria resumidos en Bilbao son también un pequeño repaso a la evolución de la tecnología de la edición de imagen— pero, sobre todo, incide Marta Blàvia, comisaria del Guggenheim y colaboradora de Kim, cuentan historias con multiplicidad de lecturas, descolocan y hacen reflexionar con sus soportes y cambios de escala, y generan momentos inesperados en el encuentro físico del espectador con el espacio.

Instalación sobre la escena de la ducha en el filme de Hitchcock «Psicosis». En este espacio casi sacro donde perecía asesinada Marion Crane (Janet Leigh), el artista coloca un circuito de cámaras de seguridad.
Instalación sobre la escena de la ducha en el filme de Hitchcock «Psicosis». En este espacio casi sacro donde perecía asesinada Marion Crane (Janet Leigh), el artista coloca un circuito de cámaras de seguridad. H. J. Porto

Es verdad que, aun apelando a seductoras y conocidísimas imágenes del boxeo, la música, la política y el cine (y con un discurso que remite a autores clave como Warhol, Walter Benjamin y Duchamp), el visitante gozará mejor la exposición si se apoya en la jugosa información de las cartelas.