El 14 de diciembre se estrena esta nueva producción de la ópera de Donizetti
03 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cuenta José Miguel Pérez-Sierra que existe una línea sucesoria que va desde Gioachino Rossini a Giuseppe Verdi, pero que pasa obligatoriamente por Gaetano Donizetti (1797-1848). «Donizetti es un elemento fundamental. Siempre digo que sin él, Verdi hubiera sido Giacomo Meyerbeer, que es un poco el que hereda el Rossini serio tal y como él lo deja. Donizetti reelabora esa ópera seria que deja Rossini, huye de la ópera francesa de gran formato de tres, cuatro y hasta cinco horas, y decide, con esa herencia musical y teatral, condensar todo y eso es lo que configura el melodrama italiano del ottocento, mucho más humano, directo, y menos abstracto y de ahí sale el Verdi serio».
Del prolífico compositor italiano —escribió 70 óperas a lo largo de su corta y azarosa vida— podrá verse María Stuarda (1835) entre el 14 y el 30 de diciembre en el Teatro Real de Madrid, en una nueva producción que después se presentará en los teatros coproductores de la obra: el Gran Teatre del Liceu, el Donizetti Opera Festival de Bérgamo, La Monnaie de Bruselas y la Ópera Nacional de Finlandia.
Diez serán las funciones que se representarán en la capital de este duelo de reinas, Isabel I de Inglaterra y María I de Escocia, que luchan por el mismo cetro y el mismo amor, víctimas ambas de fuerzas políticas y religiosas que manipulan sus destinos de la infancia en los bajos fondos de las encarnizadas guerras de poder que las involucran y trascienden. Partiendo de la obra homónima de Friedrich von Schiller, alejada de la verdadera historia de la reina católica escocesa, por la que toma partido en relación con su rival anglicana, Donizetti creó una partitura de vuelos melódicos y contrastes abruptos que pone de relieve el perfil de las protagonistas, atrapadas por una red asfixiante de relaciones disfuncionales y tóxicas.
Detrás de la puesta en escena está el director David McVicar, responsable también de Adriana Lecrouveur, la ópera que inauguró la presente temporada en el coso madrileño. McVicar sitúa la acción en un espacio conceptual y simbólico diseñado por Hannah Postlethwaite, que concede todo el protagonismo al belcanto y resalta los conflictos, sentimientos y pasiones de los personajes, ataviados con el espectacular vestuario renacentista diseñado por Brigitte Reifffenstuel. «La obra de Schiller es fascinante porque es una versión romantizada de la verdadera historia de estas dos reinas», comenta el director de escena. «Él representa a la figura de María en un contexto político y en un mundo fuertemente polarizado entre las creencias sectarias católicas y protestantes. Schiller crea esta historia de amor, que no es una historia de amor real, entre el conde de Leicester y la reina María, pero le da al personaje de Leicester este carácter de actor político que debe luchar entre sus propias ambiciones personales y la necesidad de equilibrar el contexto entre estas dos reinas», señala McVicar, que cree que esta ópera es «casi revolucionaria» por «su visión, la valentía de la partitura y la caracterización de los dos personajes».
Repartos
En los dos repartos destacan las sopranos Lisette Oropesa y Yolanda Auyanet (María Stuarda), las mezzosopranos Aigul Akhmetshina y Silvia Tro Santafé (Isabel), los tenores Ismael Jordi y Airam Hernández (Roberto, conde de Leicester) y lo sbajos Roberto Tagliavini y Krzysztof Backzyk (Giorgio Talbot), darán voz a los protagonistas, que actuarán junto al Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.
Sobre su papel explica Oropesa que es una mujer «orgullosa, que sufrió muchísimo y fue rechazada por mucha gente pero que tampoco era una inocente paloma blanca». En un momento de la obra, dirigiéndose a Isabel, pronuncia dos de las palabras más impactantes de la ópera: vil bastarda.