Fallece la Chunga, referente mayor del flamenco, que se hizo popular por su danza descalza
CULTURA
Micaela Flores Amaya muere a los 87 años tras una larga batalla contra el cáncer que la retiró de los tablaos y la entregó a la pintura
04 ene 2025 . Actualizado a las 10:34 h.La Chunga, nombre artístico al que respondía Micaela Flores Amaya, falleció este viernes a los 87 años, según confirmó su propio hijo, Luis Gonzalvo, al espacio televisivo Y ahora Sonsoles. Allí explicó que ella llevaba días «entrando y saliendo del hospital» como consecuencia de un cáncer, mal que le detectaron por primera vez en el año 2011 y que la hizo abandonar los tablaos. «Es muy triste, nunca es una noticia agradable, pero también ha habido por medio un proceso largo de enfermedad y entonces lo asumes un poco mejor», confesó. Charo Reina, actriz y amiga de la bailaora, entró en directo telefónicamente en el programa para expresar la importancia de la pérdida: «Micaela bailaba descalza y su movimiento de manos era algo espectacular; era una mujer de raza», ensalzó en unas declaraciones que recoge Europa Press.
Entregada a la pintura, desde que dejó los escenarios, la Chunga nació en Marsella en 1938 hija de gitanos españoles emigrantes. Ya siendo una niña, con solo seis años, bailaba descalza rumba catalana entre las mesas de los bares de su barrio de Barcelona, en el distrito quinto. Fue el pintor Paco Rebés quien la descubrió en una de sus improvisadas actuaciones callejeras, una de las cuales (en Montjuich) inmortalizó tiempo más tarde la fotógrafa Colita, y se convirtió en su mecenas. Él la llevó en 1953 ante su primera maestra, Emma Maleras, quien evocaba mucho después: «Era imposible que aprendiese ningún paso, no podía soportar los zapatos, se los quitaba y los tiraba al rincón. Lo que pasé con ella. Como no conocía los días de la semana, para hacerle entender cuándo debería volver para la siguiente clase, le abría la mano en abanico y cogiéndole los dedos le decía: mañana, no; el otro, tampoco; el otro».
Pero tanto talento empujó a Rebés a lanzarla al gran público. Apoyada por un grupo de intelectuales catalanes, cobra enseguida popularidad en la prensa. El frenesí que transmitía con su danza fascina a Dalí, quien le propone una obra muy especial, un lienzo que dispone en el piso sobre el que deja varios tubos de pintura. Al son de la guitarra de Ramón Gómez, la Chunga baila descalza sobre la tela extendiendo el color y creando así una novedosa técnica artística.
En Madrid la acogieron con similar entusiasmo. Era el auge de los primeros tablaos, y su presentación en El Corral de la Morería le sirvió de trampolín para viajar a EE.UU. y México. La revista París Match ilustró su presentación en el legendario restaurante Maxim’s, donde bailó para la intelectualidad gala.
Fue, además, musa de escritores como Blas de Otero, León Felipe, Rafael Alberti y Pepe Caballero Bonald, y de pintores como Picasso y los citados Dalí y Francisco Rebés, quien la animó después a coger los pinceles y expuso sus obras de estilo naíf.