El museo Massó exhibe una pieza de 1928 pintada «con delicadeza extrema»
13 mar 2025 . Actualizado a las 09:37 h.«Peixeiras es una obra clave. Creo que con esta pintura se da el paso definitivo en la renovación del arte gallego en el siglo XX». Así explica la directora del Museo Marítimo Massó de Bueu, Covadonga López de Prado, la importancia de una pieza de Carlos Maside que la Consellería de Cultura, de la que depende la institución, compró el año pasado a una galería de arte viguesa. El Massó exhibe hasta el próximo mayo este cuadro al hilo de la celebración del 8M, ya que sus protagonistas son todas mujeres en una composición artística que está tratada de una forma «exquisita», subraya la responsable del museo buenense.
«Sabemos que se hizo en 1928 y que estuvo en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Se volvió a exponer en los años 80», apunta. Para entonces la pieza llevaba décadas colgada en el salón de la casa del empresario conservero Gaspar Massó, que la había adquirido muy consciente de su valor artístico. Permaneció en el seno de la familia mucho tiempo. Y cuando recientemente salió a la venta, el museo recibió un ofrecimiento y la compró sin dudarlo.
López de Prado solo tiene elogios para Peixeiras: «Del conjunto de estampas de Maside de la década de los 20, creo que es la mejor. Desde mi punto de vista, es de las piezas más exquisitas que hizo, está realizada con una delicadeza extrema y además es muy innovadora».
A principios del siglo XX, un grupo entre los que destacaban Colmeiro, Seoane, Laxeiro y Maside indagaban la forma de «crear un lenguaje artístico que rompiera con todos los mandamientos academicistas, con el realismo decimonónico», resalta la directora del Massó. Se inspiran en las vanguardias europeas y buscan qué les puede interesar más. «Lo que quieren es erigir un arte gallego, un lenguaje propio que cree una idea de identidad territorial, de galleguidad tal y como la entendían en la época».
Peixeiras es una de esas piezas que rompe moldes, que renueva. Maside plasma en ella el cambio, «hasta el punto de que la dota de un fondo plano, donde desaparece el espacio. Sus figuras son planas como un mosaico, con unas caras como de inspiración cubista sin serlo, y en el conjunto hay una idea de fondo de la estampa japonesa». Incide López de Prado en que hay que fijarse en «la combinación de la línea, la luz, el dibujo y la composición de las figuras a base de retales». Explica que la madre de Maside «tenía una tienda de telas y en la obra del artista siempre se va a ver el efecto del retal como recurso estético».
Peixeiras es una obra pequeña, con una superficie de 25 por 17,50 centímetros, una estampa en pergamino «con tinta china y aguada» y que también echa mano de los dorados, evocando las miniaturas medievales. «Es una obra de arte extraordinaria», concluye López de Prado.