Delafé y las Flores Azules llega a Galicia con «Amor», un disco compuesto por un solo tema de 40 minutos

Pocos discos han sido creados tan de espaldas a lo que hoy demanda la industria como Amor (2024), de Delafé y las Flores Azules. Esta especie de epopeya pop de más de 40 minutos está compuesta de un único tema que en ningún momento busca el hit, sino más bien mostrar el reverso adulto de aquella formación que repartía sonrisas de colores y mensajes de euforia amorosa a principios de siglo. «Todo parte de una nana que yo le cantaba a mi hijo que nació en la pandemia. Coincidió que entonces me puse a escuchar música de mi adolescencia, rock sinfónico y heavy metal justo cuando yo me estrenaba como padre y todo pendía de un hilo. Con esas sensaciones me puse a escribir mi What's Going On particular», detalla Óscar D'Aniello.

En paralelo, Helena Miquel, quien fue su pareja artística y sentimental cuando enamoraron al mundo pop español con discos como Vs. el monstruo de las ramblas (2006) y En la luz de la mañana (2007), sintió ganas de volver a cantar. «Había hecho un disco en solitario que no tuvo mucho éxito, tuve dos hijas gemelas y dejé a un lado la música para centrarme en ser madre. Pero, a los tres años, lo eché mucho de menos». Corría noviembre de aquel traumático año 2020 de encierros, escaladas y vueltas atrás entre mascarillas. «Llamé a Óscar diciéndole que quería volver a cantar. Y él me dijo que estaba con ese proyecto», recuerda. Dicho y hecho. Las reflexiones del cantante sobre el amor, la calma, los recuerdos y la paternidad contaron con su voz luminosa, de las más bellas del pop nacional.

Amor arranca con un sonido muy especial: el latido real del corazón de Luca, el hijo de D'Aniello, grabado a partir de la primera ecografía. Se deshace en versos sobre el pequeño, proponiendo un pop de cuarenta y tantos que nada tiene que ver con el frenesí del sábado por la noche ni con la resaca sentimental del día después. «Cuando caigas al correr y te arrastres las rodillas, soplaré, soplaré sobre tus heridas», canta el músico que otrora hacía canciones sobre deshidratarse de tanta pasión en un paraíso doméstico creado con la ilusión del sentimiento joven que parecía eterno.

Ahora, en un disco que le da una vuelta a esa suerte de pop rapeado abierto a un crisol de influencias, D'Aniello habla de ser padre. Pero también de su vida, incluso ofreciendo en la canción detalles de cómo se disolvió el grupo en su día. Resulta tan explicativo todo que llega incluso a reflexionar sobre su propia voz: «Yo escucho a Leonard Cohen o Enrique Morente, y son voces que viven, aunque ellos estén muertos. Entonces, pensé que la voz grabada me va a sobrevivir, que estará viva en el disco para que mi hijo la escuche dentro de muchos años. Es lo que me gustaría a mí», señala. En su línea habitual, canta con «un tono tristemente feliz o tristemente optimista», recalca.

Dos conciertos esta semana

El dúo actúa el jueves 27 en Santiago (Riquela, 20.30 horas, 22 euros) y el viernes 28 en Vigo (La Fábrica de Chocolate, 21.30 horas, 22 euros).

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