Lorenzo Moncloa (barítono): «A mí me ha llegado a meter mano una señora del público dos veces representando "Carmina Burana"»

Javier Becerra
JAVIER BECERRA REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Lorenzo Moncloa caracterizado en el espectáculo.
Lorenzo Moncloa caracterizado en el espectáculo.

La versión del clásico de Carl Off de La Fura dels Baus, un clásico de la compañía catalana, se representará este mes en Vigo y en mayo en A Coruña

13 abr 2025 . Actualizado a las 11:53 h.

La cantata escénica compuesta por Carl Orff en 1935 sigue manteniendo su vigencia 90 años después. Y la versión de La Fura del Baus se ha convertido en todo un clásico de la compañía en particular (es su obra más representada) y de las artes escénicas en España en general. Estrenada en el 2009, lleva la obra a una nueva dimensión con un espectáculo lleno de impactantes imágenes escénicas. Estas ilustran la fuerza y poesía de unos textos que, a pesar de sus más de 800 años, siguen evocando los deseos más primarios del hombre.

Carmina Burana se podrá ver en Galicia en las próximas semanas. Primero en Vigo (Teatro Afundación, del 25 al 27 de abril). Después será el turno de A Coruña (Palacio de la Ópera, del 9 al 11 de mayo).

—¿Tiene una gran exigencia vocal este espectáculo?

—La verdad que no se trata solamente de que tengas que ser un gran cantante, algo que ya exige la partitura, sino que lo hacemos de una manera espectacular que dificulta aún más el poder cantarlo. Yo, por ejemplo, canto en una piscina o subido a una grúa. La soprano lo hace diez metros por encima del suelo. Todo ello con un ritmo vertiginoso. Eso es un gran reto, pero el aplauso final que nos llevamos siempre sin excepción hace que todo esto merezca la pena.

—Normalmente, «Carmina Burana» se interpreta con atril. Aquí es otra historia muy diferente.

—Efectivamente, lo más común es cantarlo tranquilamente tras un atril. Pero esto es algo más, es toda una experiencia. Aquí se intenta estimular los cinco sentidos, siguiendo la pretensión de Carl Orff. Él rescató esos textos medievales, donde los monjes goliardos descubrían que en la vida había otras cosas más que su relación con Dios, la carnalidad, el vino, la comida... Eso los apartaba de la iglesia y aparece en los textos. Él lo pasa a música. Y lo que ha hecho esta función de La Fura dels Baus es teatralizarlo y llevarlo a otro nivel. Que la gente pueda disfrutarlo auditivamente y visualmente con ese algo más que aporta la compañía. Que huela. Diría que comprende los cinco sentidos, porque a mí me ha llegado a meter mano una señora del público en dos ocasiones representando Carmina Burana. Con lo cual queda claro que se desarrolla también el sentido del tacto [risas]

—Mucha gente cree que solo conoce «O Fortuna» de «Carmina Burana». ¿Cuándo ve la función descubre que conocía muchas más?

—Sí, el O Fortuna ha salido en múltiples películas y anuncios y lo conoce todo el mundo. Es el buque insignia musical de la obra. Pero hay otras melodías que son también conocidas y la gente no lo sabe. De cualquier modo, estamos hablando de una música amable. Es una obra que yo recomendaría a todo aquel que piense que le va a interesar que vaya acompañado de alguien que no conozca la música lírica, porque se va a encontrar con un espectáculo tremendo. Ese no conocedor va a disfrutar como nadie y, por qué no, puede ser una obra puente para descubrir no solo que esta música no le disgusta, sino que puede llegar a apasionarle en un futuro.

—La interacción es una de las señas de identidad de La Fura Dels Baus.

—Sí, se canta en varias ocasiones entre la gente. No quiero desvelar nada, pero diría que es un espectáculo que no deja de sorprender. Cuando vas por la mitad de la obra y piensas que ya nada te puede sorprender, de repente pasa algo que hace que siempre estés permanentemente enganchado a la obra.

—¿Sigue la gente impresionándose con ella tantos años después?

—La reacción es tremenda. Además, de públicos totalmente dispares. Hemos tenido en la misma fila a un matrimonio de 75 años y dos punkis. De repente, cuando terminó la obra y suena el agudo final del O Fortuna, se levantaron a la par los cuatro emocionados aplaudiéndonos. Gente con edades tan diferentes y con gustos tan diferentes.