
Heras se fue al suelo cuando buscaba su primera victoria «Oportunidades así no se tienen todos los días». Roberto Heras contestó con monosílabos en la meta de Morzine. Su rostro era el vivo reflejo de la decepción, de la mala suerte, de una ocasión perdida. El español se fue al suelo cuando, en compañía de Virenque, se aprestaba a jugarse la etapa. El francés, tres años después de su última victoria, volvía a ganar en el Tour.
18 jul 2000 . Actualizado a las 07:00 h.A Heras le hubiera apetecido llorar, o tirar la bicicleta al riachuelo que había a lado de la llegada. Algún día, en otro Tour, Heras volverá a tener la posibilidad de vencer. No olvidará Morzine en el resto de su carrera. Una curva mal trazada a un kilómetro y medio de la meta le proyectó contra las vallas. Se golpeó en la parte derecha de su cuerpo, cayó al suelo, tuvo que cambiar de bicicleta y se le escaparon no sólo la posibilidad de disputar la victoria de etapa a Virenque, sino también el tercer puesto en la general, por cinco segundos, que logró mantener Joseba Beloki, nuevamente soberbio. El corredor de Festina, siempre delante, acusó el trabajó de Heras en el Joux Plane, cedió un poco, pero acabó realizando un final de carrera soberbio. Beloki, como Armstrong, no explotó y es la revelación de este Tour. Cuando tiene un mal momento, es capaz de soportarlo, de no hundirse totalmente. También Ullrich, con calor, fue otro. Tiene asegurado el segundo puesto y recortó 1-37 a Amstrong. Heras fue el gran protagonista de la etapa en el momento de la verdad, subiendo el Joux Plane, cuando reventó a todo el grupo de hombres que quedaba en cabeza, incluido Lance Armstrong, que según sus propias palabras, pasó el día más duro de toda su carrera como corredor ciclista. Sólo Virenque se fue hacia el español, que le esperó para juntos disputarse la etapa. El francés tuvo palabras de elogio para su compañero de fuga: «Ha merecido disputar la victoria, ha trabajado, ha dado la cara, pero el ciclismo tiene estas cosas». Antes, Pantani había reventado la carrera en Saisies, donde la carrera se volvió loca y el ritmo infernal. El italiano desgastó al US Postal, pero también él agotó sus fuerzas. Sólo el Kelme aguantó, buscando el podio con Heras y aupándose al primer puesto por equipos.