«El Dépor colma mis sueños»

LIS FRANCO A CORUÑA

DEPORTES

DEPORTIVO Héctor Berenguel, primer fichaje del cuadro coruñés Almería, el «far west» español vio nacer a Héctor Berenguel hace 26 años. Quién le iba a decir que, lejos de formar plantel en «una de vaqueros», lo haría de una de las mejores plantillas del fútbol nacional. El jugador se ha comprometido con el Deportivo para las próximas cuatro temporadas. La claúsula, la habitual en estos casos, 10.000 millones. Esta noche llega a la ciudad, mañana pasará el pertinente reconocimiento médico, presentación en sociedad, fotos, saludos y vuelta a casa para ultimar otro contrato, el de matrimonio, que le unirá a su novia Paqui Caparrós, pero en esta ocasión para toda la vida. Héctor se confiesa «un luchador».

23 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Los culebrones veraniegos no tienen como protagonistas a los Emilios Fernando o Enriques Alfonso de turno. Este estío se habla de Zidane o Riquelme. Mientras, el Deportivo anunciaba el pasado jueves la contratación de Héctor Berenguel, el lateral que ocupó la banda derecha de un Sevilla que regresó a Primera por la puerta grande. -Por ahora, ni Djorovic, ni Zenden... usted, Héctor. -Desconozco esos supuestos intereses. Sólo sé que mi representante me habló del Deportivo y todo se arregló con rapidez. -¿Sorprendido? -En cierto modo, sí. Sobre todo porque las negociaciones se llevaron de cara, sin especulaciones. Lo peor de estos casos es cuando se dilatan en el tiempo y te ves inmerso en un culebrón que apenas te deja disfrutar de las vacaciones. Por fortuna no ha sido así y todos satisfechos. -¿Qué supone este salto cualitativo en su carrera? -Es fácil imaginarlo. Significa la culminación de un sueño después de tanto esfuerzo y sacrificio. Cualquier jugador sueña con firmar con un grande y el Deportivo ha demostrado que está asentado en la élite. -Usted compartió vestuario en el Sevilla con dos ex-deportivistas como Nando y Alfredo. ¿Le animaron ellos a pegar el salto? -Sinceramente no necesitaba el empujón de nadie, pero sí, ambos me hablaron muy bien de la ciudad, de su gente y de un equipo que pretende seguir dando guerra a los más grandes. Cuando llegaron al Sevilla, los dos traían un recuerdo inmejorable de lo vivido ahí. -¿Conoce A Coruña? -He estado en alguna ocasión de forma particular, pero no «controlo» demasiado. -Ya sabe, todos inciden en eso de la lluvia... -A eso no le doy demasiada importancia, y sí al hecho de que tiene mar, como Almería. Soy un apasionado del mar y, aunque no influyó en mi decisión, me alegra doblemente. -¿Qué puede aportar a un equipo como el Deportivo? -Soy un trabajador del fútbol. Nunca he escatimado esfuerzo y menos ahora, que estoy ante una grandísima oportunidad. -Ustedes los futbolistas siempre declaran eso de lo positivo de la competencia. Pero se las va a ver cara a cara con quien dicen es el mejor lateral derecho del fútbol español. -Sin duda. Manuel Pablo ha hecho una temporada magnífica. Titular en el Deportivo, en la selección... pero yo debo obviar esa circustancia y luchar más que nadie para demostrar quiém soy yo y lo que puedo dar. Pero eso sí, tengo los pies en el suelo. -Se habla de Héctor como de un lateral potente y de claro talante ofensivo. -Me gusta correr la banda, apoyar el medio campo y arriba, pero eso no significa descuidar la primera tarea, que es cerrar mi espacio. Este año he marcado dos goles, pero creo que también cumplí con lo que me encomendaron los técnicos. -En su día, Marcos Alonso dijo de usted que no valía para jugar en Primera División. -Se le dieron demasiada importancia a esas palabras. A veces los entrenadores buscan fórmulas para motivar a sus jugadores. De hecho, con Marcos gozé de minutos y considero que confiaba en mi trabajo. -Hablando de técnicos, ¿y Javier Irureta? -Es un hombre que lleva muchos años dirigiendo equipos de postín. Ello es una aval importante en este mundo tan variable. -¿Nervioso ante su boda? -Ansioso, diría. Me caso el día 1 de julio en Almería y haremos un crucero por el Mediterráneo antes de ir a A Coruña a preparar nuestra estancia.