LA PRETEMPORADA DEL DEPORTIVO
24 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.P. G. VILALBA Enviado especial Al igual que en el programa televisivo Gran Hermano, el truco de pasarse dos semanas recluído en un hotel en plena concentración está en la maleta. En este caso, no existen restricciones. A cambio, las pruebas son más duras. Madrugones y palizas físicas, lo más suave. Así, superan los deportivistas el tedio de la concentración de pretemporada: «Esto se hace muy largo», confiesan al alimón un par de veteranos. Pero, con el invento de la consola de videojuegos y el ordenador, la pena es más liviana. Son las dos grandes estrellas. ¿Y el mus? «Ahora, si quiero, juego al mus en internet», afirma Víctor Sánchez del Amo. ¿Y las tertulias? Una después de cada comida, pero sin abusar. Eso era antes. A pesar de todo, los pasatiempos tradicionales (que no obsoletos) continúan teniendo sus adeptos. José Manuel, Manel, David Pirri y Changui (entre otros) no han perdido su correspondiente baraja. Reconforta saber que no todo se queda en el chip. Entre los lectores, Fernando (que combina con la consola) y, de nuevo, Víctor. «Me paso las horas muertas leyendo Los Topos, de Manu Leguineche y Jesús Torbado, y buceando en internet buscando información», asegura el interior diestro. Recuperación En los primeros días de pretemporada, el tiempo se hace poco para recuperarse de los entrenamientos. Por eso, triunfan los pasatiempos que se pueden disfrutar en horizontal. ¿Que apetece una partidita a la Play Station? «Pues nos pasamos por la habitación oficial (la de Manuel Pablo)», confiesan algunos de los miembros de la plantilla coruñesa. De todas maneras, la cama es la verdadera reina de las horas muertas de la primera semana, tal como explica el jerezano Romero: «En mi maleta, ropa y poco más. Para entretenerme estos días, la tele. El cansancio ya se ocupa de darte la mejor idea para no aburrirte: dormir y recuperarse». Del tedio, no se escapa ni el técnico, Javier Irureta. Es uno de los adalides de la tertulia. Claro que, casi siempre, con el deporte como trasfondo. ¿Y quién es su principal interlocutor? Melo, por supuesto. Pueden pasar horas discutiendo sobre el sentido de la vida y sobre el significado de la palabra victoria. ¿Deformación profesional?