BALONCESTO / LEB
23 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.El Ulla Oil Rosalía fue ayer un equipo solidario, trabajador e intenso. Repartió los esfuerzos en defensa y en ataque. Jugó como un colectivo y, tras un primer cuarto en el que el Cajasur rindió a un gran nivel, sobre todo en la faceta anotadora desde el perímetro, fue una apisonadora. La máxima diferencia llegó a ser de cuarenta puntos. El momento clave del partido llegó en los primeros minutos del segundo cuarto. Con Lisard en cancha, el Ulla Oil emergió. Sería injusto personalizar la victoria en el alero catalán pero lo cierto es que firmó un partido enorme. Colaboró en el rebote defensivo, aportó tiro exterior, abasteció a los pívots y sembró consistencia. Ayer también se vio al mejor Holgado. Un mago en el manejo de balón que, además, tuvo una noche inspirada en el lanzamiento exterior. Y al Doblas de siempre. David es un volcán. Cuando domina el ímpetu es un cinco de garantías, en ambos aros. Cuando es el ímpetu el que lo domina a él, cae en las imprecisiones. Ante el Cajasur, todos aportaron. Koke Rama y Javi Pérez en los primeros minutos; Nando Vicario echó mano de la lucidez; a Aitor le sobra casta; López Vilas prodiga su buena mano y un mejor juego de pies; Kubel mantiene un nivel de intensidad constante y elevado; Real cumple su rol; y hasta Duarte pudo debutar. Fortaleza defensiva El Ulla Oil Rosalía jugó un partido muy completo en ataque, muy equilibrado. Pero fraguó la victoria en el trabajo defensivo. En cuanto tapió el juego de perímetro del rival, puso tierra de por medio. Y, a pesar de su incontestable dominio en el rebote, por momentos concedio demasiadas segundas opciones. El conjunto santiagués también agradeció la dispersión de Mc Clark. El puntal del Cajasur tardó poco en desquiciarse. Una personal acompañada de una técnica y una falta intencionada fueron un lastre demasiado acusado por los andaluces. En el tercer cuarto parecieron los Grizzlies de Menphis. Ataque libre y cúmulo de despropósitos.